A veces aparecen en la vida situaciones o procesos de cambio de cierta entidad ante los que no sabemos muy bien como responder.
Cuando esto sucede, frecuentemente decimos que nos encontramos en crisis. Para la mayoría de las personas hablar de crisis significa hablar de algo doloroso, desagradable y, por lo tanto, no deseado. Si embargo, aunque no quieras, la crisis, en algún momento de nuestra existencia aparece.
Y podemos observar que cuando el cambio aparece, hay sujetos que se hunden o se paralizan, mientras que otros son capaces de sacar lo mejor de sí mismos y acoger lo que la vida les ofrece en esos momentos. Estos son los que al final del proceso suelen encontrarse mucho mejor que cuando lo comenzaron.
Cuál es, entonces, el valor o la utilidad de las crisis, podríamos preguntarnos. ¿Qué marca la diferencia entre uno y otro sujeto?
A continuación expondré algunos consejos.
1.- EVITA EL VICTIMISMO. Cuando ante cada dificultad aparece en nuestra mente el reproche, el victimismo, el miedo, la actitud de martir, etc., en ese caso estamos abonando nuestro propio sufrimiento.
2.- DESCUBRE LA OPORTUNIDAD OCULTA EN CADA DIFICULTAD. Las dificultades en la vida no son deseables, ni tampoco no deseables, simplemente son; a veces aparecen cuando menos se lo espera uno, y es importante estar atentos a cómo en esa misma dificultad se encuentra oculta también nuestra gran oportunidad. Por tanto, no olvides tener en cuenta estos dos aspectos.
En cualquier caso, ante cualquier dificultad, es importante no detenerse en pensar si es grande o es pequeña, sino más bien si creemos que lo que queremos conseguir merece la pena.
3.- APRENDE A FRUIR. Curiosamente, durante el proceso de cambio podemos obtener beneficios, no solamente al llegar a la meta, sino también durante todo el camino. A veces aprendemos más durante el viaje que cuando llegamos al objetivo. Por esto, procura atender no sólo a las dificultades que encuentres, ni tampoco solamente a la meta final, sino también a todos los beneficios que vas obteniendo durante tu camino.
En castellano existe una palabra que define esta actitud, es el verbo FRUIR, que viene a significar el placer de realizar aquello que se tiene que hacer más allá de encontrar los resultados finales. En pocas palabras, es como aprender a disfrutar del camino.
4.- APRENDE A ACOGER LA INCOMODIDAD. Es posible que muchas personas teman a los cambios por la incomodidad que les supone. Recuerda que solemos llamar cómodo a aquello a lo que estamos acostumbrados e incomodo a lo contrario. Comodidad no significa que algo esté bien, solamente significa que es conocido o que es habitual para nosotros. Muchos adolescentes mantienen «cómodamente» una postura insana y cuando los padres les dicen que se coloquen correctamente para no lastimar su columna vertebral, estos suelen contestar que les resulta incómoda esa nueva postura. Para ellos es incomodo lo saludable. Necesitarán aprender a gestionar un cierto nivel de incomodidad al principio si quieren corregir su postura.
La incomodidad puede ser algo que aparezca durante los procesos de cambio y en muchos momentos de nuestro aprendizaje porque nos vemos obligados a salir de nuestros límites de seguridad y a realizar tareas nuevas.
Aprender a gestionar la incomodidad es una importante habilidad que debemos desarrollar para poder crecer y desarrollarnos, porque es muy importante aprender a superar nuestros propios limites mediante la habilidad de sentirnos «CÓMODAMENTE INCÓMODOS».
5.- SUPERAR EL MIEDO A EQUIVOCARSE. Además de la incomodidad, suele haber otro aspecto que se vive con cierto temor en la mayoría de las personas. Es el miedo a equivocarse. Desde nuestros planteamientos, sabemos que aquello a lo que llamamos error es en realidad una de las mejores oportunidades para el aprendizaje. El que algo salga mal no significa que sea malo en sí mismo, posiblemente nos está informando acerca de aspectos que no hemos tenido en cuenta.
6.- A VECES LO APROPIADO NO ES AGRADABLE. Otro aspecto a tener en cuenta es la tendencia que existe en enjuiciar aquello que es agradable como bueno y aquello que no lo es como malo. El que algo sea apropiado no significa que sea agradable. Puede ser muy apropiado una actitud de duelo por la pérdida de un familiar y en ningún caso podríamos afirmar que ello fuese agradable. A veces lo apropiado resulta doloroso, difícil o incomodo.
A menudo nos encontramos ante un acontecimiento etiquetado como bueno o ese mismo acontecimiento etiquetado como malo. Y nos damos cuenta de que no son dos acontecimientos diferentes, sino dos JUICIOS diferentes respecto al mismo acontecimiento.
7.- TEN EN CUENTA LAS PEGAS. De cualquier forma, es frecuente que encontremos pegas en cualquier proceso de cambio. Pensar que no existen o pasarlas por alto puede hacer que no funcione bien el cambio
8.- TEN EN CUENTA QUE HAY QUE SECUENCIAR LOS CAMBIOS. Algo importante con respecto al cambio es la capacidad de secuenciar, es decir, gestionar adecuadamente el orden que siguen las cosas y el tiempo. Lo que haces hoy influye en el futuro, pero a veces causa y efecto están separados en el tiempo y eso hace que, en ocasiones, no lo relacionemos. Para realizar un cambio en un sistema complejo tenemos que:
1) Desestabilizar el sistema en el estado presente
2) Crear una dirección de atracción hacia otro nuevo estado.
9.-. DESARROLLA TUS CAPACIDADES. Si queremos realizar cambios
tendremos que trabajar sobre nuestras capacidades. Porque el cambio no es sólo algo que sucede sino que también es algo que uno construye. Debemos recordar, además, que los mecanismos del sistema nervioso están concebidos para dirigirse a buscar metas que fijamos, es por ello especialmente importante saber cómo fijamos nuestras metas y objetivos.
10.- SABER CAMBIAR DE PERSPECTIVAS. El cambio se acelera cuando uno cambia su perspectiva de sí mismo y del mundo. ¿Cómo podrías hacer esto? Hay un proverbio inglés que dice «Lo inesperado siempre llega»; es por ello que necesitamos SABER BIEN LO QUE BUSCAMOS y al mismo tiempo DEJAR ESPACIO A LO INESPERADO.
Para observar un objeto o una vivencia es necesaria una distancia adecuada. Una buena perspectiva permite observar mejor el fenómeno. Mientras más perspectivas creemos más riqueza observaremos en el mundo, porque habitualmente, el mundo es más rico que lo que comúnmente observamos.
Es importante saber que existen algunas perspectivas que en un momento determinado son más útiles que otras, pero dentro de un contexto de aprendizaje podemos decir que no existen perspectivas equivocadas, todo depende de cómo las gestionemos.
Tanto si te gusta como si no, el cambio aparece. Por tanto, si deseas vivir con un buen n nivel de bienestar, más te vale aprender a gestionar apropiadamente los cambios.
Pingback: El sentido de la vida y cómo cambiarlo si no te gusta | Sofrodynamia® y Salud