
La Filosofía Perenne nos habla de las enseñanzas de sabiduría que han estado presente en toda la historia humana
A lo largo de la historia de la humanidad han sido muchas las personas que han dedicado su vida a tratar de mejorar la de los demás, no sólo desde el punto de vista meramente material, sino también desde un aspecto más profundo y más importante, si cabe, el de la vida interior.
Esta motivación de ayuda ha generado cantidades ingentes de diferentes enseñanzas filosóficas y tradiciones espirituales que surgieron en diferentes épocas y diferentes culturas, lo cual dio lugar a que dichas enseñanzas aparecieran bajo diversos formatos en función del sitió y del momento histórico en el que se generaron.
Sin embargo, a pesar del modo distinto en el que se manifestaron en el mundo, debido a la mencionada distancia temporal y cultural, todas estas enseñanzas poseían una misma esencia común compartida.
Podríamos decir que eran como una especie de mismo regalo pero cubierto por diferentes envoltorios. Y todos sabemos lo importante que es no confundir el regalo con el envoltorio.
Así pues, el núcleo fundamental de esta sabiduría permaneció inmutable a través de los tiempos, de tal manera que siguieron siendo válidas incluso en estos momentos actuales.
Para describir a este núcleo común de unas mismas enseñanzas que se han conservado a lo largo de la historia de la humanidad, se ha utilizado el término de Filosofía Perenne, el cual podríamos definir como “el substrato filosófico que subyace en todas las tradiciones y filosofías relacionadas con el desarrollo humano, es decir, un conjunto universal de verdades comunes a todos los pueblos y culturas”.
Dicho término fue usado por primera vez en el siglo XVI por Agostino Steuco, aunque quienes lo hicieron verdaderamente popular fueron el filósofo Leibniz y el genial y polifacético, Aldous Huxley.
Si quisiéramos exponer resumidamente algunos de los aspectos básicos de la Filosofía Perenne, no podríamos eludir abordar temas tales como la naturaleza de la realidad, el significado de la existencia, el ego, etc.
Para la Filosofía Perenne el mundo físico no es la única realidad que existe, sino que es sólo una pálida sombra de una realidad superior que no es abarcable a través de los sentidos, pero que es esencial para el ser humano.
A lo largo de todas las épocas, de una manera o de otra, los seres humanos han tratado de conectar con dicha realidad superior que nos trasciende y a la que es difícil nombrar o definir. ¿Cómo acceder, entonces, a dicha realidad?
Parece que esto no sucede en el estado ordinario de nuestras consciencias, pero tenemos la opción de abrir la puerta a toda una serie de posibilidades de exploración de realidades superiores a través de los diversos estados y niveles de consciencia del ser humano, los cuales favorecen el acceso a distintas experiencias que van más allá de las que capta la consciencia en su estado ordinario.
Otro de los aspectos que la Filosofía Perenne sostiene es que el ser humano participa de una doble dimensión. Por un lado, la dimensión material que responde a las leyes de la física newtoniana y, por otro lado, una dimensión espiritual, la cual es el verdadero núcleo de la existencia humana y que, por lo que hoy día sabemos, se encuentra mejor explicado bajo el paradigma de la física cuántica.
Así, desde este punto de vista, no nos extrañará la afirmación que sostiene que todo lo cotidiano y corriente posee en sí mismo un aspecto divino (mentes, personas, vidas). Cada uno de nosotros, al conectar con esta dimensión divina de su propia identidad, podrá expresar a través de ella su naturaleza más profunda y todo su potencial de autorrealización.
Todos estos aspectos anteriormente mencionados se encuentran recogidos en numerosas tradiciones espirituales que podemos encontrar repartidas por los cinco continentes.
Por otra parte, he de decir que, ya en otros artículos, he señalado como la Sofrodynamia® intenta realizar una síntesis de ciertos conocimientos ancestrales de diversas tradiciones espirituales así como los conocimientos psicológicos y científicos del momento actual. Por esta razón, la Sofrodynamia®, se encuentra fuertemente impregnada de muchas de las propuestas que sostiene la Filosofía Perenne y planteamos temas comunes tales como el autodecubrimiento que sigue a la pregunta ¿quién soy yo?; el trabajo para controlar y finalmente disolver el ego; la conexión con niveles superiores de la consciencia, etc.
Pero hay que resaltar que, para nosotros, una de las cosas más importantes que hemos de tener en cuenta siempre es la importancia de mantener el sentido común así como la secuencia didáctica del aprendizaje, porque pensamos que resulta difícil abordar lo complejo cuando no manejamos lo sencillo. Es complicado querer acceder al más allá cuando difícilmente nos manejamos por el más acá; y también sostenemos que es casi imposible experimentar plenamente la dimensión espiritual del ser cuando estamos atrapados en los niveles psíquicos de la mente ordinaria.
Por esto, consideramos que debemos comenzar tratando de armonizar la psique, la corporalidad, la respiración y la energía, como base fundamental para acceder a esa otra realidad más elevada que, tanto la Sofrodynamia® como la Filosofía Perenne, tienen en común y tratan de explorar.