Ser sabio significa que somos capaces de saborear la vida, de disfrutar de lo más profundo de su esencia, y eso sólo se consigue cuando se vive apasionadamente.
Siempre he admirado a las personas que ponen pasión en todo aquello que hacen, a quienes son unos enamorados de sus tareas, a quienes imprimen en su vida un sello tan especial que contagia a los demás sólo con mirarlos, porque transmiten su amor y su entusiasmo por todo aquello que hacen, ya sean las cosas más grandes o las más sencillas.
La pasión es aquella característica que transforma algo corriente en algo especial, porque cuando descubrimos y seguimos nuestra pasión nos transformamos en unos seres únicos y especiales.
Aunque no seamos consciente de ello, siempre podemos elegir entre vivir una vida mediocre o desarrollar nuestro potencial al máximo para dar al mundo aquello que hemos venido a aportar.
Para eso habremos de comprometernos con nuestros propios sueños, con aquello que nos permite florecer y dar frutos, y esto hará que nuestra vida posea un significado diferente.
Los apasionados son quienes luchan y persiguen sus sueños, ya que hacen lo que aman. Son personas brillantes y magnéticas porque enfocan su esfuerzo hacia aquello en lo que creen.
Hoy día la pasión se relaciona con la felicidad y se considera que es un elemento imprescindible para conseguirla.
Por tanto, en algún momento de la vida habremos de preguntarnos si realmente hacemos lo que amamos o si, por el contrario, nos encontramos viviendo una vida rutinaria y sin apasionamiento.
Vivir con pasión es como dar un sí incondicional a la vida, pero, realmente ¿nos encontramos preparado para ello?
Poner pasión en la vida también se relaciona con alcanzar la excelencia, porque cuando nos apasionamos hacemos las cosas de la mejor manera posible y con la mejor calidad.
Con frecuencia, vivir con pasión, marca la diferencia entre quienes son exitosos y quienes no, porque también tiene mucho que ver con el entusiasmo, y gracias a ese entusiasmo somos capaces de perseverar incluso cuando las condiciones resultan adversas.
Por eso, si quieres saborear la vida en toda su profundidad y ser fiel a tu propio destino,
es importante que descubras y sigas tu pasión, porque seguir la pista de aquello que realmente nos apasiona, lo que nos hace vibrar y nos permite sentir la vida de un modo especial y único, es lo que marcará la diferencia entre vivir con plenitud o vegetar en una vida rutinaria y mediocre.
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