El lino (Linum ussitatissimun) es una planta originaria de la región del Nilo y Mesopotamia, cultivada por los seres humanos desde tiempos inmemoriales. Conocido en Babilonia hace más de siete mil años, ha sido ampliamente trabajado en las regiones de Asía Menor y Palestina.
Desde la antigüedad, ha servido a la humanidad para fabricar tejidos a partir de sus fibras, y sus semillas se han utilizado para obtener harina con la que hacer panes, galletas, etc, y un aceite muy utilizado para diversos usos, no sólo alimentario.
Es rico en fibras vegetales, mucílago, vitaminas E y del grupo B, oligoelementos y minerales, ácidos grasos omega-3 y omega-6, por lo que también es útil para el control del colesterol. Contiene lignanos que ejercen un efecto protector sobre el cáncer de colon.
Hoy día la Agencia Europea del Medicamento reconoce su uso para el tratamiento del estreñimiento habitual y para el alivio sintomático de molestias intestinales leves, así como en colon irritable, diverticulosis, gastritis, etc.
También puede usarse por vía externa para afecciones cutáneas y procesos dolorosos.
RECETA PARA EL ESTREÑIMIENTO: Póngase una cucharada sopera de semillas de lino en un vaso de agua mineral sin gas. Taparlo y dejarlo macerar durante doce horas. Se hará una preparación por la mañana y se toma por la noche, y otra preparación por la noche para tomarlo por la mañana. Tómese el contenido, con el agua, masticando bien las semillas, y después tomar otro vaso de agua.
No debe esperar un efecto laxante brusco, sino una regulación progresiva del tránsito intestinal.