Cada vez más, las Flores de Bach, también llamadas Elixires Florales del Dr. Bach, se han convertido en unos remedios ampliamente conocidos y utilizados por numerosas personas en la mayoría de los países del mundo. Su nula toxicidad y su carencia de efectos secundarios, hacen que esta terapia sea compatible con cualquier otro medicamento que esté tomando la persona en un momento determinado. Son muchos los que han probado dichos remedios y han podido experimentar sus beneficios, pero pocos conocen quien era el Dr. Bach.

En Doctor Edward Bach (1886-1936) estudió en la Facultad de Medicina de Birmingham y obtiene su Diploma de Salud Pública en Cambridge en 1914. Trabajó en Londres como Traumatólogo y posteriormente montó su consulta privada. En 1917 sufre una grave enfermedad y es operado de urgencias, diagnósticándosele una enfermedad incurable con un pronóstico infausto de no más de 3 meses de vida.

De una forma casi milagrosa logra recuperarse y continúa sus investigaciones sobre inmunología y bacteriología, acercando también su enfoque sobre la salud a la Medicina Naturista. En esta época, el Dr. Bach, imparte también numerosas conferencias y publica artículos en revistas especializadas. 

Posteriormente trabaja en el Hospital Homeopático y accede a las obras del Dr. Hanaemann, llamándole la atención la frase de “curar al paciente y no la enfermedad”.

Sus investigaciones le llevan a correlacionar las bacterias intestinales con las enfermedades crónicas, aspecto éste que hoy día se está confirmando cada vez más. Gracias a estos estudios, elabora una serie de “vacunas” conocidas como los “Nosodes Intestinales de Bach” y obtiene numerosas curaciones tras la aplicación de estos Nosodes. Observa que los nosodes bacterianos corresponden a tipos diferentes de personalidad, cosa que le llama poderosamente la atención.

Junto con el Dr. Wheeler, publica en 1926 el libro “La enfermedad crónica, una hipótesis en acción”. En 1928 viaja a Gales y comienza a investigar sobre las plantas cercanas, teniendo allí varias experiencias personales de tipo intuitivo que cambiarían su vida. 

En 1929 cierra su consulta de Londres, abandona sus investigaciones y publicaciones, se traslada a Gales y centra todo su interés en el estudio de la energía curativa de las flores.

En 1935, tras varios años de investigación, ha logrado describir sus primeros 12 Remedios Florales, y en 1935 disponía ya de un arsenal de 37 plantas más el Agua de Roca y el Remedio de Rescate, los cuales constituyen el vademécum clásico de los llamados Remedios Florales de Bach o Flores de Bach.

El Dr. Bach fallece el 27 de noviembre de 1936 habiendo dicho a sus colaboradores “Mi tarea está cumplida, mi misión en este mundo está acabada”, y con la certeza de haber dejado un sistema curativo eficaz y sin efectos secundarios,  que no sólo trata la enfermedad sino también la raíz profunda de la misma. 

En la misma casa donde vivió el Dr. Bach, continúa hasta nuestros días el Centro Bach, dedicado a la recolección de plantas y preparación de remedios florales que se distribuyen por todo el mundo. Hoy día, la Terapia Floral de Bach es un sistema médico no convencional reconocido por la OMS.