Acoger lo inesperado

inesperado

Con frecuencia, lo inesperado sucede en nuestra vida

Los seres humanos vivimos bajo el engaño de pensar que podemos hacer cosas para sentirnos totalmente seguros y que somos capaces de prevenir cualquier riesgo para nuestra salud, para nuestra vida o para la salud y la vida de quienes nos importan.

 

Muchos anuncios, sobre todo del ramo de “seguros” (es curioso que utilicen esta palabra) ofertan eso.

Evidentemente, esa pretendida seguridad es sólo un espejismo de la mente que nos hace sufrir más de lo que nos beneficia.

Porque no caemos en la cuenta de que vivimos en un mundo cambiante donde suceden cosas que no podemos prever, y sobre las que, en muchos casos, tampoco podemos hacer nada para que no sucedan.

Todos los médicos sabemos que no existe ningún chequeo, dieta o indicador de salud que nos asegure al cien por cien que no falleceremos en las próximas veinticuatro horas.

Lo anterior no quiere decir que no sea correcto y adecuado procurar llevar una vida sana o realizar una dieta saludable, de hecho es lo más recomendable, sino que hacer eso no nos garantiza la certeza de vivir una vida larga y con salud.

Estos pensamientos me han venido a la mente a raíz de los últimos movimientos sísmicos que se han vivido en el sur de España y Norte de Marruecos.

Muchas personas que conozco han reaccionado con ansiedad, trastornos del sueño, miedo, etc. Se han sentido inseguros y vulnerables porque ha sucedido algo imprevisto y sobre lo que carecemos de posibilidad de control.

Estas reacciones de miedo y angustia tal vez sucedan porque pasamos gran parte de nuestra vida buscando falsas seguridades, sin darnos cuenta de que la vida, de vez en cuando, nos enseña que esa es una búsqueda destinada al fracaso, a menos que entendamos de forma apropiada el modo correcto de gestionar la inseguridad.

superar la inseguridad

Acoger lo inesperado nos ayuda a superar la sensación de inseguridad

Por mi parte, mi experiencia respecto a cómo consigo encontrarme seguro en un mundo que no lo es, surge de la integración en mi mente de la aceptación de la inseguridad, del cambio y de lo inesperado.

 

La verdadera seguridad no significa, en ningún caso, falta de previsión o que todo nos dé igual, más bien, quiere decir que necesitamos aprender a fluir con los acontecimientos, dándonos cuenta de una realidad vital, y es que muchas cosas pueden suceder sin que nosotros podamos hacer nada para evitarlo.

Con todo ello quiero decir que, más que tratar de controlar lo incontrolable mediante la creación de rituales neuróticos, nos iría bastante mejor si aprendiésemos a gestionar apropiadamente nuestra vida cuando lo inesperado aparece.

Aprender cómo acoger lo inesperado constituye, pues, una interesante línea de trabajo interior que contribuye a que nos sintamos más seguros en la vida.

Aceptar, integrar y comprender todo esto plenamente es la base de nuestra fortaleza, de nuestra estabilidad en un mundo cambiante y, será también, un ingrediente imprescindible para seguir avanzando por nuestro camino de desarrollo.

Un pensamiento en “Acoger lo inesperado

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