Liberarse de las creencias limitantes

Cuando en Sofrodynamia® utilizamos el término creencia, nos estamos refiriendo al sentido psicológico del término, y no a su acepción religiosa. En el lenguaje cotidiano, cuando decimos que una persona tiene tal o cual creencia, habitualmente hacemos alusión a su ideología o a su adscripción en términos religiosos a una determinada confesión o credo. Sin embargo, cuando nos referimos al aspecto psicológico del término, como sucede al utilizarlo en Sofrodynamia®, la palabra creencia está indicando una serie de estructuras psicológicas que la mayoría de las veces funcionan de modo no consciente y que el sujeto toma como verdades, cuando en realidad no lo son.

Dichas creencias tienen un función especial: ayudarnos a entender cómo debería funcionar el mundo. Pero entre cómo «debería» funcionar el mundo y como lo hace en realidad, suele existir una gran diferencia, la cual es fruto de muchos de nuestros sufrimientos porque nos aferramos más a los «debería» que a lo que realmente es. Así que o olvidemos nunca que las cosas son como son, no como nos gustaría que fuesen, ni como creemos que deberían ser.

Las creencias  se aprenden. Son introyectadas hacia nuestra esfera psíquica a través del aprendizaje de cada persona a lo largo del tiempo mediante la interacción con el entorno familiar y social. Al ser  aprendidas son cambiables y mejorables.

Podemos clasificar las creencias en funcionales o discrecionales. Las primeras nos ayudan a funcionar mejor en el mundo, por tanto son potenciadoras. Las segundas nos generan más dificultades que otra cosa, y por esa razón las también las llamamos limitantes.

Una cosa curiosa respecto a las creencias es que una isla creencia nos puede haber funcionado en una época de nuestra vida y dejar de ser útil con el paso de los años. Otra característica importante es que la creencia que me funciona a mí, puede no funcionarle a otra persona. Y por ultimo, una creencia que sea útil en un contexto puede dejar de serlo en otro contexto diferente. Así que las creencias, como estructuras psicológicas, no son verdaderas ni falsas, sino útiles o no útiles.

Es posible cambiar las creencias, transformarlas y hacerlas más funcionales. Recuerda que no son verdades inamovibles sino cosas que elegiste creer y acepar (muchas veces de forma inconsciente) y que pueden ser modificada por otras.

Considerando lo anterior, un trabajo muy importante que os propongo realizar es identificar las creencias que mantienes en estos momentos y preguntarte si cumplen una finalidad apropiada o si, por el contrario, te dificultan la vida. El siguiente paso sería ponerse manos a la obra para cambiarlas. No digo que este trabajo sea sencillo, pero si aspiras a vivir una vida mejor es, simplemente, imprescindible. Pero, ¿cómo llevar a cabo dicha propuesta? Pues para investigar nuestras creencias, en Sofrodynamia® te proponemos “la triple vía ”, es decir, la indagación reflexiva, la meditativa y la corporal.

Mediante la primera, la vía reflexiva, exploramos en nivel ordinario de consciencia y utilizando una metodología que hemos denominado Mayéutica Sofrodynámica, o lo que es lo mismo, la utilización de Preguntas de alto Nivel como guía del proceso de reflexión. Cuando utilizamos un nivel de consciencia diferente mediante la inducción de estados meditativos, creamos espacios de silencio para la investigación del mundo interior, y a partir de aquí accedemos a la experiencia de indagación meditativa, muy útil para hacer aflorar las creencias más profundas. Por último, tal vez la más sutil, y quizás más difícil, sea la indagación corporal, debido sobre todo a que en nuestra cultura estamos más habituados a escuchar los pensamientos o el propio discurso mental que a atender los mensajes que emergen desde lo más íntimo de nuestra corporalidad.

Sea como fuere, parece evidente que el tema de las creencias merece el tiempo y la dedicación suficiente como para que constituya un pilar fundamental dentro del entrenamiento en Sofrodynamia®.