Después de más de treinta años de experiencia, puedo decir que muchos pacientes acuden a mi diciendo que vienen porque les gusta “la Medicina Alternativa”, pero yo les explico que no practico la “Medicina Alternativa”, como la llaman muchos, sino la Medicina Integrativa. Porque, para mí, no existe más que una gran y maravillosa Medicina que consiste en sanar y aliviar a los seres humanos en sus dimensiones físicas, mentales, emocionales y espirituales.
Desde este punto de vista, no hay alternativa, sino complementaridad entre distintos modos de entender el proceso de sanación. Hay diferentes enfoques pero sólo una Medicina que, como decía Hipócrates, se basa en “el Arte de Curar”.
Y eso quiere decir que, sin renunciar a mi formación médica convencional, utilizo un modelo de salud mucho más amplio, inclusivo y sistémico que los médicos con enfoque convencional. Dicho modelo, además de la formación académica y científica que se enseña en las Facultades de Medicina, integra los principios de la Medicina Naturista y de los distintos enfoques de las Medicinas Energéticas, tanto tradicionales como modernas, en el que se articulan un abanico amplio de terapias complementarias con la finalidad de tratar a las personas integralmente y no sólo a sus enfermedades.
Por tanto, he de decir que no soy un Médico alternativo, sino un Médico Integrativo, entendiendo por Medicina Integrativa a una nueva corriente médica impulsada desde Estados Unidos, sobre todo desde la Universidad de Arizona, que trata de complementar los conocimientos convencionales con las prácticas médicas no convencionales que han demostrado probadamente su eficacia, y que considera al ser humano como un sistema energético en conexión con el entorno y en el que los aspectos emocionales y espirituales forman parte del proceso de curación y forman parte de nuestros esfuerzos para mantener y promover la Salud Integral del Ser Humano.