Es uno de las más conocidos y utilizados aceites esenciales debido a la gran cantidad de usos recomendados que posee. Se obtiene a partir de la Lavandula angustifolia y también de la Lavándula officinalis. Menos conocido es el que se obtiene a partir de la Lavandula Vera, aunque este último posee la característica de que se puede aplicar directamente sobre la piel.
Es un aceite que podríamos denominar “de amplio espectro”, por lo que se usa para un gran número de afecciones diferentes.
Es un gran antiséptico y cicatrizante que ayuda a curar las heridas. También mejora la calidad del sueño y alivia las cefaleas y otros tipos de dolores. Se usa además en cistitis, leucorreas, y para también en el tratamiento de cuadros gripales y catarrales.
Desde el punto de vista emocional es muy útil para combatir la ansiedad y la agitación, la impaciencia, el desasosiego y la angustia. También surte buenos efectos sobre el cansancio y el abatimiento, sobre todo en personas inquietas y estresadas.
La lavanda armoniza las emociones y nos ayuda a obtener calma espiritual y sosiego interio