La Fibra de cacao se obtiene a partir de la planta del cacao (Theobroma cacao), autóctona de Centro y Sudamérica. Mundialmente conocida sobre todo en lo que se refiere al chocolate y sus usos culinarios. Pero hay otros aspectos particulares especialmente interesantes en cuanto a sus propiedades terapéuticas.
Además de las propiedades específicas de las semillas de cacao, habría que destacar la utilidad de su corteza, rica en polifenoles, antioxidantes y fibras.
La fibra de cacao posee una destacada capacidad antioxidante muy útil en las enfermedades degenerativas y en aquellos estados en los que existe una alta producción de radicales libres.
También es especialmente útil como regulador del tránsito intestinal, debido a una equilibrada composición entre fibras solubles e insolubles, las cuales aumentan el volumen de las heces y facilitan la defecación.
Ayuda también a regular los niveles de glucosa en sangre y reduce los de colesterol y triglicéridos. Posee un efecto saciante, lo que puede resultar de interés a la hora de hacer dietas de control de peso y, además, se le atribuye un efecto positivo para regular la tensión.