El Ácido alfa-lipoico es una substancia con un alto poder antioxidante que podemos encontrar en alimentos como el brócoli y las carnes. Al ser soluble en agua y en grasas se absorbe fácilmente y atraviesa las membranas de las células, lo cual le permite actuar como antioxidante a nivel intracelular, protegiendo de los radicales libres incluso al ADN. Esto le confiere una capacidad protectora frente a las enfermedades degenerativas crónicas y severas, incluso ante procesos oncológicos.
También protege a otros antioxidantes, como es el caso del glutatión.
Se ha utilizado con éxito para prevenir la neuropatía y nefropatía diabética. Además ayuda a transformar la glucosa e incrementa la efectividad de la insulina, por lo que ayuda a combatir la resistencia a la insulina.
Estudios realizados en Tubingen, Alemania, demostraron una estabilización de la glucosa en los pacientes diabéticos que consumían Ácido alfa-lipoico.
Otros estudios demostraron una capacidad de protección frente a problemas neurológicos previniendo la pérdida auditiva y el daño encefálico tras un accidente vascular cerebral.
También parece que pudiera mejorar la cognición la memoria y la fuerza muscular, por lo que su uso puede ser bastante recomendable para muchas personas.