La Medicina Anti-Aging procura que cada vez más nos acerquemos al límite de vida de nuestro verdadero potencial vital. En realidad, a los seres humanos siempre nos ha preocupado saber cuál sería la verdadera duración de la vida si nos mantuviésemos en condiciones ideales. Para ello se han realizado distintos intentos de encontrar explicaciones mediante experimentos controlados. No siempre se ha logrado el éxito buscado, aunque hoy día los datos parecen apuntar a que podríamos vivir en torno a los 120 años.
Unos de los experimentos más famosos al respecto, fue el de las “células inmortales” de Alexis Carrel.
Alexis Carrel (1873-1944) famoso Médico, Biólogo y escritor, famoso cirujano galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1912 por sus trabajos sobre cirugía vascular. Él había planteado un ensayo para tratar de averiguar el tiempo máximo de duración de una célula. Para ello extrajo fibroblastos del corazón de un embrión de pollo y lo puso en un cultivo celular añadiéndole substancias nutritivas y retirando periódicamente los desechos. Pensaba que en dichas condiciones se podría averiguar hasta dónde era capaz de seguir dividiéndose los primeros fibroblastos introducidos en la solución.
La cosa parecía que iba viento en popa, la famosa solución llevaba treinta y cuatro años en estudio cuando un día, un descuidado mozo de laboratorio, mientras realizaba las tareas de limpieza, no tuvo otra ocurrencia que tirar el cultivo celular por el desagüe. ¡Treinta años de cuidadosas observaciones tirados a las alcantarillas!
No consta, que se sepa, por ningún lado cuales fueron las “cariñosas” palabras que dedicaron a tan avezado mozo, ni tampoco por cuanto tiempo conservó su trabajo, pero podemos imaginarlo.
Tiempo después se llegó a la conclusión de que el experimento no estaba correctamente diseñado, por lo que, en realidad, a parte de la curiosidad de saber cuánto habría alcanzado a vivir dicha preparación celular, en realidad no se perdió tanto.