
Proceso inflamatorio de la vejiga urinaria
Se conoce como cistitis a una inflamación de la vejiga urinaria, con o sin infección.
Suele cursar con malestar general, molestias al orinar, a veces dolor, sensación de urgencia miccional, orinas frecuentes y escasas, en ocasiones algo de sangre en la orina y puede haber fiebre.
Para su diagnóstico, además de la sintomatología, es conveniente la realización de un sedimento urinario y cultivo con antibiograma.
Diversos factores pueden actuar como desencadenantes o mantenedores del proceso, como por ejemplo la exposición al frío y a la humedad, los cuales pueden contribuir a la aparición del cuadro en personas especialmente predispuestas, por lo que el invierno será una estación en la que suele incrementarse el número de casos.
Sin embargo, los bañadores mojados y las piscinas pudieran ser unos factores favorecedores de dicho proceso durante la estación veraniega.
Por razones anatómicas es más frecuente en las mujeres que en los hombres. También en diabéticos o en pacientes con sondas urinarias o con infecciones en zonas próximas.
La cistitis puede tratarse de un proceso esporádico y ocasional o presentarse de manera recidivante y con una resistencia creciente a los tratamientos convencionales.

El arándano rojo americano es uno de los productos más usados para el tratamiento de las cistitis
Es aconsejable beber líquidos abundantes para ayudar a prevenir su aparición, así como evitar el consumo de alcohol, picantes y bebidas con gas.
Es aconsejable el uso de ropa de algodón y evitar aguantar más de la cuenta las ganas de orinar.
Para la prevención de las cistitis conviene mantener una buena salud intestinal, ya que si las paredes intestinales no se encuentran en perfecto estado los gérmenes podrían pasar desde el intestino a la vejiga atravesando las paredes mucosas.
Desde el punto de vista de la medicina integrativa, tenemos distintas plantas que pueden utilizarse para el tratamiento y prevención de las cistitis. La más popular tal vez sea el arándano rojo americano, muy utilizada en los últimos tiempos y de gran valor preventivo y curativo.
Es conveniente también asociar un diurético suave, como la vara de oro, para arrastrar los gérmenes de la vejiga, así como el uso de la D-manosa, un azúcar que impide la adherencia de las bacterias a las paredes de la vejiga.
La mezcla de ciertas plantas medicinales como la gayuba, el enebro, el ciprés, etc., tomadas en infusión, suelen ser también de bastante utilidad.
Dentro de los productos homeopáticos que se utilizan para el tratamiento de las cistitis, los más usados son cantharis, sepia, arsenicum album, mercurius corrosivus o staphysagria (muy útil en las cistitis postcoitales).
La oligoterapia con cobre y azufre, también puede ser de utilidad.
En caso de cronicidad, el uso de la Biosal de silicea aporta un beneficio a tener en cuenta.
Pero sobre todo, no debemos olvidar atender a la salud intestinal, corrigiendo las posibles alteraciones. Este aspecto nunca debe ser pasado por alta para realizar un tratamiento de las cistitis en profundidad.
Durante muchos años he podido comprobar como algunas cistitis de repetición de larga evolución y resistentes a los tratamientos antibióticos convencionasles, mejoraban, incluso desaparecían, utilizando la Moraterapia (Biorresonancia Mora) y realizando un tratamiento de exclusión dietética de los alimentos intolerantes junto con el uso de probióticos, para recuperar la integridad de las paredes intestinales.
Si bien no es un tratamiento sencillo ni corto, los resultados obtenidos en pacientes que no tenían ninguna otra alternativa en la medicina convencional han sido francamente espectaculares.