Has escuchado muchas veces que una de las características fundamentales de la vida es que todo cambia, todo fluye, que nada permanece. Eso significa que, lo quieras o no, vamos a cambiar a lo largo del tiempo.
Dicho cambio podrá ser involuntario, automático, presionado por las circunstancias, o bien podrá suceder de forma voluntaria, consciente y orientado hacia nuestras metas. A cada cual le toca decidir qué tipo de cambio implantará en su vida.
¡Pero ojo!, para realizar un cambio voluntario y consciente, además del deseo, se requiere también disponer de un conjunto de habilidades prácticas, así como un Modelo Mental suficientemente apropiado, si es que queremos ser exitosos.
A propósito de todo ello, te dejo a continuación unas cuantas reflexiones que podrás utilizar en tu propio beneficio y que te ayudarán a realizar los cambios conscientes, voluntarios y libres que te propongas.
1.- EVITA EL VICTIMISMO. Ante los obstáculos que aparezcan en el proceso es posible que surjan en nuestra mente algunas emociones limitantes, tales como la inseguridad, el reproche, el miedo, la actitud de mártir, etc. Cuando esto sucede tendemos a percibirnos como una víctima del destino ante el que nada o muy poco podemos hacer.
¡Espabila, la vida no es fácil!. En esos momentos toma consciencia de tu potencial y ten presente que el hecho de que haya dificultades no es más que la base necesaria para que hacerte más fuerte y para que desarrolles más habilidades y recursos.
2.- IMPORTANCIA DE LA MOTIVACIÓN. Con cierta frecuencia las dificultades aparecen cuando menos lo esperamos, y es necesario estar atentos a cómo dentro de esa misma dificultad se encuentra oculta también una gran oportunidad para crecer. Además de atender a los beneficios potenciales que posee cada momento complicado, hemos de conectar con la fuerza de la motivación, ya que ella es la fuente de la energía que te impulsará a superar las dificultades.
Te propongo, pues, que ante cualquier dificultad que surja no te plantees si esta es grande o es pequeña, sino más bien si lo que quieres conseguir te merece la pena o no. Porque una fuerte motivación es capaz de vencer cualquier inconveniente.
3.- DISFRUTA DE TU VIAJE. Es curioso que se puedan obtener beneficios durante el mismo proceso de cambio, antes incluso de llegar a la meta soñada. Al igual que Ulises en su viaje a Ítaca, a veces aprendemos más durante el propio viaje que cuando llegamos al destino.
Es necesario no perder de vista los objetivos que nos marcamos, pero al mismo tiempo también es muy apropiado que esta mirada hacia la meta no nos impida disfrutar y gozar de todos aquellos pequeños logros que aparecerán durante el camino
4.- ACOGER LA INCOMODIDAD. Muchas personas temen los cambios debido a la incomodidad que supone adaptarse a una nueva situación, muchas veces desconocida. La comodidad tira mucho, pero en bastantes ocasiones no es una ayuda sino un lastre.
Recuerda que solemos llamar cómodo a aquello a lo que estamos acostumbrados e incomodo a lo contrario. Comodidad no significa que algo esté bien, solamente significa que es conocido o que es habitual para nosotros. Muchos adolescentes mantienen «cómodamente» una postura insana y cuando los padres les dicen que se coloquen correctamente para no lastimar su columna vertebral, estos suelen contestar que les resulta incómoda esa nueva postura. Para ellos es incomodo lo saludable. Necesitarán aprender a gestionar un cierto nivel de incomodidad al principio si quieren corregir su postura.
Es normal que cierta incomodidad aparezca durante los procesos de cambio y en muchos momentos de nuestro aprendizaje, porque nos vemos obligados a salir de nuestros límites de seguridad y a realizar tareas nuevas hasta entonces poco conocidas.
Aprender a gestionar la incomodidad es una habilidad muy especial que debemos incorporar en nuestra vida. Es necesario aprender a superar nuestros propios limites y acoger y aceptar una cierta incomodidad mediante la habilidad de sentirnos «CÓMODAMENTE INCÓMODOS” con los nuevos patrones o las nuevas conductas.
5.- SUPERAR EL MIEDO A EQUIVOCARSE. Además de la incomodidad, suele haber otro aspecto que se vive con cierto temor: el miedo a equivocarse. Desde nuestro Modelo Sofrodynámico sabemos que aquello a lo que llamamos error no es algo negativo sino una de las mejores oportunidades para obtener nuevo aprendizajes.
El que algo salga mal no significa que sea malo en sí mismo, posiblemente nos está informando acerca de ciertos aspectos que no hemos tenido en cuenta. Cada error posee en sí mismo una enorme potencialidad para seguir aprendiendo a condición de que lo aceptes y lo enfoques desde un modelo mental de aprendizaje
6.- A VECES LO APROPIADO NO ES AGRADABLE. Otro aspecto a tener en cuenta es la tendencia que existe en enjuiciar aquello que es agradable como bueno y aquello que no lo es como malo.
El que algo sea apropiado no significa que sea agradable. Puede ser muy apropiado una actitud de duelo por la pérdida de un familiar y en ningún caso podríamos afirmar que eso es agradable. A veces lo apropiado resulta doloroso, difícil o incomodo.
A menudo nos encontramos ante un acontecimiento etiquetado como bueno o ese mismo acontecimiento etiquetado como malo. Y nos damos cuenta de que no son dos acontecimientos diferentes, sino dos JUICIOS diferentes respecto al mismo acontecimiento.
7.- LA EDAD NO ES EXCUSA. ¡A mi edad cómo voy a cambiar! Esta es una de las frases más limitantes que conozco, ya que impide a la persona ser creativa e incluso le frena para establecer los cambios que mejoren su vida.
Es cierto que el envejecimiento trae consigo ciertas limitaciones, pero también es cierto aquello de que la experiencia es un grado, por lo que tener una cierta edad te ha podido dotar de una mayor capacidad de análisis, de previsión y de recursos. La edad no ha de ser una excusa sino un aliado para el cambio.
8.- SECUENCIAR LOS CAMBIOS. Algo importante con respecto al cambio es la capacidad de secuenciar, es decir, temporalizar gestionando adecuadamente el orden que siguen las cosas. Algo que funciona bien en un tiempo concreto puede no funcionar del mismo modo en otro momento.
9.-. FORMULAR LAS METAS DE FORMA APROPIADA. Si no tienes muy claro a dónde quieres ir es posible que acabes en un lugar al que no querías llegar. Saber formular de forma apropiada las metas y objetivos que queremos alcanzar es de las habilidades más necesarias para ser exitosos en los procesos de cambio. Una meta mal diseñada o que dependa de la voluntad de otras personas será difícil de alcanzar. Por eso, cuando trabajamos en grupos o talleres sobre los procesos de cambio, uno de los capítulos que abordamos siempre es el correcto diseño de los objetivos.
10.- SABER CAMBIAR DE PERSPECTIVA. El cambio se acelera cuando uno cambia su perspectiva de sí mismo y del mundo. Cambiar la perspectiva es acercarse a un evento con un enfoque nuevo, original y distinto, libres de nuestros condicionamientos y prejuicios habituales, pero ¿cómo hacerlo?
En este caso, utilizar la técnica del Reencuadre puede ser bastante apropiado. También resulta útil entrenar lo que en Sofrodynamia® llamamos “Las Miradas”. Tanto el Reencuadre como “Las miradas” son unas potentes herramientas que bien merecen un apartado propio en otros artículos que escribiré
Dicho todo lo anterior, y una vez digerido, madurado y reflexionado, se me ocurre preguntarte: ¿te atreverás a realizar los cambios que necesitas para mejorar tu vida?
