Comer sin gluten

Cuando a un paciente con sintomatología digestiva se le realiza un test de celiaquía y sale negativo, se le dice que puede comer gluten sin ningún problema. Esto es una práctica habitual que muchas veces complica más la situación de dicha persona. 

Porque la realidad es bien distinta. Son los propios pacientes los que constatan que cuando comen gluten empeoran de su sintomatología, a pesar de que se les ha dicho previamente que lo tomen sin problemas. “Me han dicho que puedo tomarlo, pero creo que no me sienta bien”, suelen decir. Esta es una de las razones por las que acuden a la consulta buscando otros enfoques, otras soluciones.

¿Cómo puede ser esto?

Pues aunque la enfermedad más conocida que relacionamos con la ingestión de gluten es la celiaquía, existen otras patologías en los que la persona (sin ser celiaca) tiene importantes síntomas cuando ingiere una cierta cantidad de gluten. Esto puede deberse a procesos de alergia o de intolerancias alimentarias.

En mi práctica diaria encuentro con cierta frecuencia a pacientes que padecen Intolerancia al Gluten No Celiaca (IGNC). Estas personas, repito, sin ser celiacas, presentan problemas en el aparato digestivo, la piel, articulaciones, aparato respiratorio, etc. cuando ingieren una determinada  cantidad de gluten. 

Normalmente toleran las trazas y la contaminación cruzada. Incluso algunos son capaces de permitirse ocasionalmente ingerir una dosis baja de gluten, pero en ningún caso podrían realizar una ingesta importante o frecuente de esta substancia sin pagar las consecuencias.

Sabemos que el gluten es una proteína presente en ciertos cereales: trigo, espelta, centeno, cebada, kamut y también se incluye la avena. Eso quiere decir que quienes padecen una IGNC deberían evitar la ingestión de cualquier producto que contuviese dichos cereales.

Entonces, ¿qué alternativas les queda a la hora de organizar una dieta apropiada?

Aunque hacer una dieta de exclusión del tipo que sea, representa una cierta incomodidad, hay que decir que cada vez más es posible salir fuera de casa y encontrar lugares donde comer de forma apropiada para cada persona, así como panaderías que fabrican productos sin gluten.

Los pacientes con IGNC, siempre que no esté asociada a otro tipo de patología que le impida ingerir otros productos diferentes, podrían tomar carnes, pescado, huevos, mariscos, legumbres, verduras, hortalizas, frutos, frutos secos, leche y derivados lácteos, leches vegetales y otros cereales sin gluten como el arroz, maíz, trigo sarraceno, tef, sorgo, amaranto, chia, sésamo, quinoa, etc. Basta un poco de imaginación y de habilidad culinaria para realizar una dieta bastante rica y variada.

Por tanto, aun reconociendo que cualquier limitación o restricción representa una cierta dificultad, lo cierto es que la persona que padece IGNC dispone de una gran cantidad de recursos para organizar una dieta sana, saludable, apetitosa y accesible.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.