Los seres humanos vivimos atrapados dentro de nuestros propios sistemas de creencias. Dichas creencias no son más que estructuras psicológicas que funcionan como certezas, normalmente a nivel no consciente. De tal manera que en función de dichas creencias organizamos nuestra vida y nuestras acciones.
Una de las más extendidas, sobre todo el el mundo en el que me muevo, el la que sostiene que cuando algo es natural, entonces no hace daño y es mejor tolerado por nuestro organismo.
Esto es rotundamente falso. Sigue leyendo