Cuando a un paciente con sintomatología digestiva se le realiza un test de celiaquía y sale negativo, se le dice que puede comer gluten sin ningún problema. Esto es una práctica habitual que muchas veces complica más la situación de dicha persona.
Porque la realidad es bien distinta. Son los propios pacientes los que constatan que cuando comen gluten empeoran de su sintomatología, a pesar de que se les ha dicho previamente que lo tomen sin problemas. “Me han dicho que puedo tomarlo, pero creo que no me sienta bien”, suelen decir. Esta es una de las razones por las que acuden a la consulta buscando otros enfoques, otras soluciones.
¿Cómo puede ser esto?
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