El Ruscus o Rusco es una planta perenne que abunda en los países mediterráneos, en Europa Central y Norte de África. Su parte más usada en fitoterapia es la raíz.
Tradicionalmente se ha utilizado para reforzar la circulación, sobre todo venosa. Contiene gran cantidad de taninos resinas, calcio y potasio, así como saponinas esteroideas (ruscogenina y neuroruscogenina) y flavonoides (rutósido, hesperidina y quercetina).
Los rutósidos son útiles contra la celulitis, las varices y las piernas cansadas. Debido a sus propiedades vasoconstrictoras y antiinflamatorias es una planta muy útil para el tratamiento de las hemorroides.
Posee un efecto antagonista de la histamina sobre la permeabilidad de los vasos, comprobado in vitro e in vivo. También posee un efecto agonista sobre los receptores alfa-adrenérgicos, así como una interesante actividad antielastasa que influye significativamente en el tratamiento de la insuficiencia venosa crónica.
Protege la pared vascular frente a la isquemia y posee también un buen efecto para mejorar la fragilidad capilar.
Otras indicaciones interesantes son: las fiebres, eliminación de líquidos, gota y artritis en general y el tratamiento de los cálculos biliares
Podemos encontrarla en el comercio en forma de planta, extracto, viales, cápsulas y cremas, tanto sola como en compuestos.
No debe consumirse durante el embarazo, y los niños han de tener precaución con sus bayas ya que pueden provocar vómitos, diarrea e incluso convulsiones.
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