Investigadores de la Universidad de Harvard, después de revisar más de 200 estudios al respecto, han concluido que las emociones positivas ayudan a las personas a estar protegidas frente a las enfermedades cardiovasculares.
Factores como el optimismo, estar satisfechos con su vida y el sentirse felices, ayudan a proteger al corazón de ciertos padecimientos, independientemente de otros factores como la edad, el peso o el nivel socioeconómico. El estudio demuestra que las personas optimistas y con emociones positivas poseen un 50% menos de probabilidades de padecer un problema cardiocirculatorio que las que carecen de este rasgo.
Si hacemos caso a estos datos, además de las campañas sanitarias acerca de las dietas sanas, el tabaco, la prevención de factores de riesgo cardiovascular como el colesterol o el tabaco, debiera hacerse un mayor énfasis en aspectos mentales y emocionales en vista a la prevención del riesgo cardiovascular, promoviendo y desarrollando programas y estrategias que enseñen a las personas a gestionar mejor sus emociones y a desarrollar hábitos mentales y emocionales saludables que incrementen el bienestar, la autosatisfacción y la autoestima.