“Quienes piensan que una persona tolerante es aquella que aguanta todo lo que le echen y que, amparados en dicha tolerancia, tendrán vía libre para decir o hacer lo que quieran, olvidan que la tolerancia es amiga de la firmeza y suele nutrirse de la fuerza interior necesaria para determinar nítidamente hasta dónde se puede permitir y qué barrera no se han de traspasar” (ANF)