“Cuando un campesino recoge su cosecha no suele preguntarse qué semilla planté, pues resulta una obviedad ya que siempre se recoge lo que se siembra. Por tanto, deberíamos plantearnos el modo en el que vamos a plantar en nuestra vida semillas de felicidad para que, llegado el momento, podamos recoger los frutos que deseamos” (ANF)