Muchas personas piensan erróneamente que quienes practicamos la Medicina Integrativa no usamos antibióticos o que incluso estamos en contra de hacerlo. Nada más lejos de la realidad.
Los antibióticos, como tantos otros recursos terapéuticos, tienen una utilidad indiscutible siempre que se usen de forma adecuada. Lo que cuestionamos no son los antibióticos en sí, sino el mal uso o la prescripción innecesaria que se ha venido realizando ante patologías que se podrían resolver con otros medios menos agresivos o con menos efectos secundarios.
Me gustaría compartir una historia familiar. Era la década de los cuarenta. El primogénito de mis hermanos, al que no conocí mas que por fotos, falleció por una enfermedad que se hubiese podido curar de haber dispuesto de un antibiótico, pero no existía esa posibilidad en España en esos momentos. Así que desde muy pequeño soy consciente de la importancia que tienen los antibióticos para tratar ciertas enfermedades. Posiblemente la mayoría de las personas estemos de acuerdo en eso y en el número de vidas que han salvado. Pero al mismo tiempo me doy cuenta de que no todos son conscientes del enorme peligro que ha generado el uso indebido de estos productos.
En estos momentos el Centro Europeo para el Control y Prevención de las Enfermedades (ECDC) calcula que cada año mueren en Europa unas 33.000 personas debido a las infecciones provocadas por bacterias resistentes. Esa cifra va en aumento. Dichas bacterias han incrementado su número, su agresividad y su resistencia debido al mal uso de los antibióticos, el cual ha creado un problema de salud de una envergadura tal que los mayores expertos en el tema no cesan de expresar sus preocupaciones al respecto.
Durante mucho tiempo se han utilizado los antibióticos de forma casera, sin recetas ni prescripción médica, y a unas dosis erróneas durante un tiempo insuficiente. Esa costumbre popular, la de dar antibióticos a un niño porque tosía o tenía unas décimas de fiebre por un proceso viral, ha sido una de las prácticas que ha generado resistencias bacterianas.
Pero también, durante bastante tiempo, la clase médica ha contribuido a ello prescribiendo antibióticos con excesiva ligereza ante procesos víricos banales que se hubieran podido resolver por otros medios. Tal vez fuese por evitar la presión de los pacientes que si no les recetaban antibióticos parecía que no los habían atendido bien, o quizás haya tenido que ver el bombardeo comercial y la influencia de los laboratorios, pero el hecho es que se han recetado antibióticos durante muchos años de forma inadecuada. Afortunadamente observo que esta tendencia ha cambiado y que cada día se utilizan mejor y con mayor prudencia.
Otra fuente de ingestión de antibióticos, en este caso sin que nos demos cuenta de ello, es a través de la alimentación debido al consumo de carnes. Se calcula que el 70% de la producción mundial de antibióticos se destina a la ganadería, y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) sitúa a España como uno de los países con un porcentaje más alto de uso de antibióticos en la ganadería. Esto constituye también un grave problema difícil de resolver en estos momentos.
Me gustaría finalizar enfatizando la prudencia que debemos tener en el uso de los antibióticos y a su vez animando al estudio y a la utilización de otros medios que también ayudan a combatir cierto tipo de infecciones, como por ejemplo los Aceites Esenciales Quimiotipados, los preparados micoterápicos de calidad y ciertos extractos de plantas estandarizadas que han demostrado su utilidad y su capacidad para tratar hongos, bacterias y virus a través de diversos trabajos científicos publicados en los últimos años. Y por último, no olvidemos tomar las medidas oportunas para reforzar la capacidad de nuestro sistema inmunitario que, al fin y al cabo, es el responsable de hacer frente a las agresiones microbianas a las que hemos de enfrentarnos cada día.
Podemos decir que no se ha instruido suficientemente a la población en el uso de los antibioticos, y la recomendación en España de que se consulte al farmacéutico, en lugar de al médico, por la Television, hace que el publico ignorante, compre, medicamentos peligrosos, que mal administrados, hace que las bacterias, y/o microbios, se hagan resistentes…
Es fundamental la participación de los medicos en la desinformación que han producido las empresas farmaceúticas en pos de aumentar sus ganancias… de hecho los llamaría de cómplices necesarios.
El sistema inmunitario solo es responsable de la respuesta en condiciones “normales”, cuando las emociones, el miedo, por ejemplo está exacerbado por los medios de comunicación y en ellos aparecen “reputados docentes médicos”, no estamos en condiciones normales.
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