¿Estresado yo, que va? Esta es una de las frases que suelo escuchar con frecuencia cuando le indico a algún paciente que su patología se relaciona con el estrés, pero dicha persona no se siente estresada. Diariamente encuentro pacientes con un alto nivel de estrés pero que son incapaces de darse cuenta de ello, lo cual hace que el estrés sea aun más peligroso si cabe.
Lo anterior suele deberse a que mantenemos creencias erróneas acerca de qué es el estrés y cómo se manifiesta. Existen ciertos errores habituales en la forma que tenemos de entender el estrés. Os comentaré los más frecuentes que he encontrado:
1.- Confundir estrés, ansiedad y angustia, como si fuesen la misma cosa.
Así si no se siente angustiado o ansioso pensará que no tiene estrés. A veces estrés, ansiedad y angustia caminan de la mano, pero hay que tener claro que son cosas diferentes. Puede haber mucho estrés y no tener ninguna manifestación de ansiedad. Pero normalmente cuando hay ansiedad sí que suele haber estrés.
2.- Creer que el estrés se relaciona con que sucedan cosas malas o desagradables. Este es un error frecuente, tal vez por eso muchas personas a las que le suceden cosas buenas o viven situaciones agradables, tienen dificultad para darse cuenta de su nivel de estrés. Por ejemplo, cambiarse a una casa nueva, viajar en vacaciones, celebraciones navideñas o una mejora en el puesto de trabajo pueden ser situaciones estresantes al tiempo que agradables para la mayoría de las personas.
3.- Pensar que tener estrés es igual a tener problemas mentales.
No se necesita tener una enfermedad mental para padecer las consecuencias del estrés. Porque estresarse es una reacción adaptativa a los cambios y retos que aparecen en nuestro ambiente. Y a dichos cambios estamos expuestos todos los seres humanos. No es posible vivir con un nivel cero de estrés. Dicho nivel sólo lo tiene el cadáver. Pero sí es posible vivir con un nivel apropiado, fisiológico y beneficioso de estrés al que llamamos eustrés.
4.- Confundir estrés con tener problemas.
Aquellas personas que disfrutan de una vida agradable y placentera piensan que no padecerán estrés. Recuerda que una respuesta estresante depende del nivel de recursos de la persona y de la capacidad de adaptación ante los retos. Podemos tener mucho estrés en una vida sin problemas. Hay un dicho popular, “ahogarse en un vaso de agua”. No necesitamos el océano para ahogarnos, incluso en un mar en calma puede haber barcos que zozobren.
5.- La idea de que se tiene estrés solamente ante acontecimientos extraordinarios. Efectivamente, un terremoto, un incendio, la perdida del trabajo o una enfermedad grave de seres queridos, son acontecimientos muy estresantes. Cualquiera los identificaría. Pero lo que pasa más desapercibido es esa especie de “gota malaya” del día a día, es decir, la suma de acontecimientos cotidianos a los que cada día tenemos que responder y generan en nosotros respuestas de alarma, produciendo una activación de la respuesta estresora.
Pondré algunos ejemplos de cosas que pasan en el día a día: el coche no arranca; el despertador no ha sonado; el ordenador no funciona; hay un atasco y llegaré tarde a la cita; los niños no paran de incordiar; se me ha escapado el autobús; el vecino de arriba no para de hacer ruido; se me olvidaron las llaves; tengo que hacer una llamada y el movible está sin batería; etc… Todo lo anterior son situaciones cotidianas. No tienen nada de espectacular y posiblemente nos hayan sucedido a todos en más de una ocasión. Tal es así que no le damos importancia, pero son las gotas que llenan el vaso, y casi sin darnos cuentas, al igual que el vaso se va llenando gota a gota hasta rebosar, igualmente nosotros vamos acumulando tensiones de forma imperceptible y estallamos en lo que se conoce como “spillover”.
Afortunadamente existen muchas herramientas para afrontar el estrés y aprenderlo a gestionar de forma eficaz. Muchas de ellas las he enseñado a lo largo de más de tres décadas, y en la actualidad se encuentran disponibles en la plataforma:
https://formacion.doctornougues.com
Espero que este post os sirva para tener más claro qué es el estrés y ser capaces de identificarlo cuando aparezca en nuestro día a día. De esa forma podremos afrontarlo mejor y mantenernos en un estado más saludable.
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