Envejecer es sencillo, no tienes que hacer nada especial, pero saber envejecer y vivir esta etapa de la vida de la mejor manera posible, es otra cosa. Para eso sí que hay que hacer algo.
Técnicamente se habla de envejecimiento cuando aparece el declive natural por el paso del tiempo de las funciones fisiológicas de un organismo, ya sea este unicelular o complejo.
Según parece, diferentes estudios muestran que los seres humanos estamos programados para vivir unos 120 años, pero poca gente se acerca a esta edad. ¿Por qué?
Las razones son múltiples. La mayor parte de las veces el acortamiento del tiempo de vida sucede por la aparición de enfermedades, la exposición a tóxicos, una alimentación inadecuada, los numerosos contaminantes ambientales y, en general, el sedentarismo y los estilos de vida poco saludables que en una sociedad moderna como la nuestra nos conducen a un mayor deterioro, tanto físico como mental, del que debiéramos.
Hace unos años, intentando corregir estas tendencias insanas, comenzó a desarrollarse la Medicina Anti-Aging como un enfoque novedoso que trataba de hacer frente al deterioro excesivo de las funciones fisiológicas, ayudando con ello al organismo a lograr un envejecimiento con una mayor calidad de vida.
La Medicina Anti-Aging tiene un importante papel preventivo, ya que trata de evitar el envejecimiento prematuro del organismo tratando para ello de eliminar los factores perjudiciales que lo producen. Además, posee también una dimensión curativa, siendo de gran utilidad para tratar diversos procesos patológicos que aparecen con el paso del tiempo.
Es, pues, un enfoque médico con mucho futuro que pretende mejorar el estado de salud y la calidad de vida no sólo en el anciano sino de otras etapas de la vida, sentando las bases de una vida saludable desde los periodos anteriores a la senescencia.