“Según nuestros conocimientos actuales, el reparto porcentual de los factores que influyen en la salud serían del siguiente modo: estilo de vida 50%; medio ambiente 15%; genética 25%; servicios sanitarios 10%. Sin embargo, también sabemos, desde hace tiempo (ya lo demostró el informe Lalonde en los años 70), que a la hora de repartir los recursos sanitarios no se sigue la lógica de dichos datos, sino que la mayor parte de la inversión recae en los servicios sanitarios (factor que se ha comprobado que influye menos en la salud global de la población) y en bastante menor proporción lo reciben los otros factores, sobre todo la educación sanitaria, elemento éste que redundaría en la implementación de estilos de vida más saludables. Es patente la perversión de dicho sistema. Pero como el poder político parece que tiene pocos visos de realizar los ajustes adecuados, hemos de ser nosotros mismos quienes asumamos el reto y la responsabilidad de realizar los cambios necesarios para lograr una vida más saludable.” (ANF)