“Cada noche, al cerrar los ojos, hablo con el Guardián de mis Sueños y le pido que me conduzca a lugares que la imaginación desconoce; a espacios libres de prejuicios en los que seguir aprendiendo; a mágicos territorios que la razón no alcanza a entender y en los que florecen todo un mundo de insólitas posibilidades, porque no soñamos para seguir dormidos, sino que soñamos para despertar.” (ANF)