Desde hace décadas se ha mantenido la creencia errónea de que comer sano es comer sin grasas. Nada mas apartado de la realidad. En estos últimos años están apareciendo una serie de estudios y evidencias científicas que hacen replantear esta punto de vista y aportan una nueva perspectiva sobre el consumo de las grasas en la dieta equilibrada. Uno de estos nuevos cambios de opinión se ha producido con el aceite de coco.Denostado hasta hace muy poco tiempo por ser una grasa saturada, se ha revalorizado en estos últimos años al conocerse mejor el funcionamiento del metabolismo de los lípidos en el organismo humano.
Hace un tiempo que se relacionaba la ingesta de grasas saturadas con un mayor riesgo cardiovascular sin diferenciar su origen, pero los estudios epidemiológicos en poblaciones con alto consumo de aceite de coco demuestran que dichos sujetos mantienen unos niveles muy aceptables de salud cardiovascular.
Esto es debido a que el aceite de coco, a pesar de contener grasas saturadas, es rico en triglicéridos de cadena media (MCT), los cuales se absorben más fácilmente, se transforman en energía en el hígado de un modo más sencillo que los de cadena larga y ayudan a proteger las membranas celulares y al corazón.
También el aceite de coco es especialmente útil para una buena nutrición del cerebro, ya que ayuda a nutrir a las neuronas.
A pesar de ser una buena fuente de energía, los MCT, no producen picos de insulina, lo cual es una propiedad especialmente interesante a tener en cuenta, ya que no producen el efecto lipogenético que aparece ligado a esta substancia.
El aceite de coco también posee propiedades antimicrobianas debido a su riqueza en ácido laúrico, que es transformado en el organismo en monolaurina, potente antiseptico.
También posee una acción eficaz para la disminución de peso y sobre la agregación plaquetaria, contribuyendo a mejorar la función de las plaquetas.
El aceite de coco ayuda a la función del tiroides y mejora también el sistema inmunológico.
Puede ser empleado también por vía externa, siendo muy beneficioso para el cuidado de la piel y su protección contra el exceso de radicales libres producidos por la exposición al sol.
Ayuda a mantener la piel fuerte y flexible, incluso mejora la aparición de arrugas.
También es utilizado para otros usos tópicos como el cuidado del cabello o la higiene dental, ya que ayuda a blanquear los dientes y a combatir la gingivitis.
A nivel culinario, una de las ventajas del aceite de coco reside en su estabilidad con el calor ligero, al contrario de lo que sucede con otros aceites de origen vegetal.
Es un aceite especialmente útil en embarazadas, niños, atletas o personas que quieran cuidar su salud en general.
Por todas estas razones, cada día más, el aceite de coco está siendo incorporado en las despensas de las personas que quieren llevar una vida saludable.