Una de las primeras afirmaciones sofrodynámicas que trato de dejar claro con los alumnos se podría formular como “yo confío en ti”. Pero a continuación surge la pregunta inevitable, ¿y tú?
Por esa razón el modelo sofrodynámico se desarrolla desde la plena confianza en las potencialidades de los seres humanos y en la propia capacidad de las personas para superar las adversidades, siempre que dispongan de las herramientas adecuadas para ello.
Por tanto, “yo confío en ti”.
Tengo plena confianza en que si dedicas tiempo y esfuerzo de manera adecuada, serás capaz de superar lo que actualmente te limita y serás capaz también de desarrollar tus potencialidades de una forma que ahora ni siquiera imaginas.
Estoy convencido de que cuando una persona dispone de las herramientas necesarias y de la destreza y la voluntad necesarias para aplicarlas, será capaz de alcanzar las metas que se proponga.
Y por esta, razón, por esa confianza plena en tus propias capacidades y en las mías, es por lo que al desarrollar el modelo sofrodynñamico de entrenamiento, he seguido los siguientes postulados:
1.- Entiendo que la mayoría de nuestras limitaciones se encuentran conectadas con un modo anómalo de relacionarse con sigo mismo y con los demás.
Por tanto, cualquiera que quiera realizar un proceso de cambio, en términos de desarrollo, deberá replantearse ciertas modificaciones en su manera de abordar la realidad.
No podemos seguir haciendo lo mismo y percibiendo el mundo del mismo modo y querer obtener resultados diferentes.
Habrá cosas que habremos de modificar así como otras muchas que habremos de mantener. Saber diferenciar entre lo uno y lo otro es un aprendizaje fundamental.

El modelo sofrodynámico de entrenamiento se basa en la confianza en nuestras propias potencialidades
2.- Cada uno ha de implicarse en su propio proceso de desarrollo.
No nos sirven los modelos pasivos de intervención en los que un supuesto terapeuta diseña y prescribe que hacer en cada caso concreto o frente a cada problema determinado.
El modelo de entrenamiento sofrodynámico resalta la autonomía del sujeto y pretende dotar a cada persona de las herramientas necesarias para que cada cual construya su propio sistema de entrenamiento y sea capaz, también, de programar sus propias direcciones de desarrollo de manera autónoma y responsable.
El monitor sofrodynámico no es un terapeuta en sentido estricto, no pretende curar nada, es más bien un docente, un entrenador o un estratega del mundo interior.
3.- Procuramos aprender a desarrollar una cierta capacidad de autocontrol y gestión por parte del sujeto, así como aumentar el sistema inmunitario, tanto a nivel físico como psicológico, es decir, aquellas estrategias que nos defiende de las emociones perturbadoras y de las creencias limitantes, va a ser una tarea imprescindible.
4.- Tratamos de estimular la capacidad curativa natural de cada persona, entendiendo que el término salud, en el ámbito sofrodynámico, es identificable con autorrealización y desarrollo humano.
En este contexto sanar es algo más que curar una enfermedad, es dar respuesta a nuestras necesidades existenciales como seres humanos.
5.- Por estas razones son por las que se debe resaltar el aspecto pedagógico de la Sofrodynamia®.
Se puede decir que Sofrodynamia® es como “la pedagogía del Ser Interior” que tiende hacia la autorrealización.
Dicha pedagogía tendrá en cuenta, al mismo tiempo, la globalidad del sujeto así como sus peculiaridades individuales, ayudando a cada persona en sus mecanismos de autorregulación.
Y me gustaría finalizar este post del mismo modo en el que comencé, para que la afirmación y la pregunta siga percutiendo en la profundidad de nuestra consciencia, “yo confío en ti, ¿y tú?”
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