Cuando estamos enfermos hay algo que queremos todos los seres humanos, queremos sanar. Este hecho tan simple supone un cambio, pasar de un estado de enfermedad a otro de salud. El proceso de sanación, pues, puede enfocarse como un proceso de cambio. Y no cualquier tipo de cambio, sino un cambio ligado al aprendizaje. Podría decirse, pues, que sanar es cambiar para ser un poco más sabios.
Pero encontramos que hay personas que quieren sanar pero no quieren cambiar. Esto no es posible. Hay quien concibe la sanación como tomarse un medicamento y quitarse las molestias o dolores. En realidad esto no es sanar, esto es otra cosa distinta. No quiero decir que no sea bueno, que lo es, simplemente que es otro enfoque con unas propuestas y unas metas bien distintas. Esto es lo que más frecuentemente se hace en el ámbito médico convencional.
Después de más de cuarenta años practicando la medicina, estudiando y aprendiendo cada día, sigo queriendo trascender la práctica médica habitual para ser cada vez un poco más sanador.
Os recuerdo que desde el enfoque que propongo sanación y desarrollo humano son inseparables. Así que todos aquellos procesos de cambio orientados al desarrollo humano en realidad no son mas que caminos hacia la sanación.
Cambiar es algo que hacemos, la mayor parte de las veces de forma involuntaria o inconsciente. Es el cambio consciente debidamente orientado el que nos lleva a superar nuestras limitaciones, desarrollar nuevas capacidades y avanzar como seres humanos.
Para sanar, por tanto, es necesario aprender a mejorar nuestro repertorio de habilidades en lo que al cambio se refiere. Recuerda que pueden existir cambios que resulten incómodos y disponer de la habilidad de gestionar la incomodidad puede ser bastante útil en estos casos. También es importante superar aquello del miedo a equivocarse o también aprender a estar abiertos a lo inesperado. Hay tantas cosas que aprender…
Pero de todas ellas me quedaría con una que me gustaría compartir: afronta las dificultades no como un castigo sino como una oportunidad privilegiada de movilizar tus mejores recursos y de crecer en sabiduría.
¡Este es un buen consejo que puedes aprovechar para sanar!
Pingback: Sanar es cambiar — Sofrodynamia® y Salud | LUZ EN AGORA