Que bonito sería que a lo largo de la vida se cumpliese siempre todo lo que esperamos de ella, pero la experiencia nos demuestra que, con frecuencia, ocurren otros desenlaces diferentes a los que inicialmente esperábamos.
Cuando las cosas no suceden como habíamos previsto, o cuando la gente no responde a lo que esperábamos de ella, solemos reaccionar con frustración, desánimo, disminución de la autoestima o tantas y tantas reacciones emocionales limitantes que nos hacen sentirnos mal. Sigue leyendo