
¿Y si descubrieses que la carga que te abruma es sólo imaginaria?
¿Te gustaría caminar ligero de equipaje, sin los pesados lastres del pasado y sin vivir la angustia generada por la culpa o el resentimiento?
Para ello no tenemos más que dejar de considerarnos unas víctimas o unos prisioneros de nuestro pasado.
Sí, pero ¿cómo hacerlo?
Pues lo primero es diferenciar entre lo que son las circunstancias vitales y lo que es la historia biográfica.
Lo primero se refiere a los datos biográficos históricos y constatables (por ejemplo dónde he nacido, cuantos hermanos tengo, cuál era la profesión de mis padres o en qué colegio estudié). Sigue leyendo
