“Para que funcionen bien las relaciones humanas es fundamental aplicar la “ley de la simetría”, porque con frecuencia encontramos personas que no tienen ningún reparo en decir las cosas sin filtrar, tal como las piensan, pero que después se sienten heridos cuando los demás actúan con ellos de la misma manera. Y es que si quieres ejercer de directo y sincero debieras permitir que otros también lo fueran contigo” (ANF)