Por Gracia María Casado, nutricionista colaboradora del CMI Dr. Nougués
Surge como sustituto de la grasa alimentaria y fue descubierta en los años sesenta. Si hablamos a nivel de composición química, la olestra es un poliéster de sucrosa unido a ácidos grasos de cadena larga que no es modificado por las encimas gastrointestinales ni se reabsorbe, por tanto no aporta calorías. Tiene las propiedades organolépticas de la grasa y es estable a altas temperaturas, lo que permite su uso en el asado y la fritura.
Sabemos que las grasas que contienen los alimentos constituyen una importante fuente de energía (aportan 9 kcal/gramo) para nuestro organismo y mejoran la textura y palatabilidad de los alimentos y platos. Según las recomendaciones para una dieta equilibrada, deben suponer el 30-35% de la energía que necesitamos cada día.
Ya sean de tipo saturado (grasa procedente de alimentos de origen animal: productos cárnicos, lácteos completos, aceite de coco y palma) o insaturadas (de los aceites, pescado azul, frutos secos), cumplen funciones muy importantes en nuestro organismo, sin embargo el exceso de las mismas es perjudicial y si abusamos, como ocurre cada vez más, en nuestros días a través de la gran gama de productos comerciales, el cuerpo almacena lo que no necesita en el tejido adiposo traduciéndose en un aumento de peso y en ocasiones, en un aumento de los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
Es a raíz de esta preocupación por los posibles efectos negativos que sobre la salud puede tener una ingesta excesiva de grasas, que se han llevado a cabo numerosas investigaciones sobre el desarrollo de productos que, manteniendo propiedades sensoriales similares a las grasas comestibles, eliminen o reduzcan los efectos negativos sobre la salud. Las sustancias que se emplean como sustitutivos de grasas se pueden clasificar en dos grandes grupos:
1. Los miméticos: simulan la textura de la grasa pero no la pueden sustituir completamente. No sirven para frituras por su elevado contenido de agua y su sensibilidad al calor. En general, son productos obtenidos de almidones, celulosa o proteínas.
2. Los sustitutos: muy similares a las grasas desde el punto de vista físico y químico. Este grupo engloba a los compuestos lipídicos sintéticos.
Recientemente se han descrito los resultados de un estudio clínico realizado en 45 sujetos con sobrepeso que fueron aleatorizados a:
– Una dieta control con un 33% de calorías procedente de grasa
– Una dieta pobre en grasa (25%)
– Una dieta con el sustituto olestra para lograr un 25% de grasa metalizada
Tras nueve meses, el grupo con olestra rebajó el peso en 6,3 Kg y perdió hasta 8,8 Kg de grasa corporal. Estos descensos son significativamente más importantes que los obtenidos con los otros dos tipos de dietas.
Los autores concluyeron que la olestra redujo el peso y la grasa total mejor que las dietas con un 33% y un 25% de grasa.
Pero…¿está autorizado el uso de esta sustancia? ¿Algún inconveniente derivado de su consumo?
La F.D.A. (Food and Drug Administration) aprobó el uso de Olestra en 1996 en EEUU como aditivo alimentario para su uso en patatas fritas, galletas y otros snacks (palomitas…).
El consumo de olestra parece reducir la absorción de vitaminas liposolubles y carotenoides, pero en dosis pequeñas con escasa repercusión clínica. Además, varios estudios sugieren que la adición de cantidades extra de dichas vitaminas a los productos que contienen olestra no interfiere en su absorción. Sin embargo, se necesita investigar más para identificar los posibles efectos a largo plazo, antes de que este compuesto esté disponible en una mayor gama de productos alimenticios y se autorice su uso en otros países.
Cualquier producto que pueda contener, por normativa debe traerlo indicado en la etiqueta así como llevar impresa la advertencia sobre el contenido extra de vitaminas liposolubles y los problemas que puede ocasionar su ingestión.
Es importante reflexionar sobre si este tipo compuestos, así como cualquier otro, son realmente necesarios e i
ndispensables…, pues partiendo de «alimentos comunes y naturales » podemos llevar perfectamente a cabo una alimentación con un óptimo contenido de grasas sin tener que recurrir a ellos.