Humanidad y salud

salud y humanidad“Los grandes avances de la ciencia en general y de la medicina en particular, que se han producido en los últimos tiempos han logrado salvar muchas vidas. Eso es indudable, además de meritorio y digno de tener en cuenta y agradecer. Discrepo con las voces que no reconocen esta evidente realidad, y hablan siempre de la medicina convencional o de los hospitales de un modo despectivo. Lo curioso del caso es que, algunos que conozco, cuando van de viaje a países lejanos y con una sanidad prácticamente inexistente, viajan con su seguro médico para que lo repatríen y lo atiendan en esos hospitales a los que critican y detestan en lugar de permanecer enfermos en ese otro lugar. Una evidente contradicción. No obstante lo dicho, quiero indicar que considero que, en lo que a la salud se refiere, las cosas podrían hacerse mejor, y que a pesar de todo este alarde técnico, con demasiada frecuencia, el enfoque convencional carece de un importante aspecto, la humanización del sistema. Por tanto, dicha tecnología debiera ser complementada con una visión más humana y cercana del paciente y sus circunstancias, ganando así en humanidad y, por qué no, en eficacia. Obviamente lo uno no quita a lo otro. No son cuestiones de alternativa sino de complementaridad. Entiendo que la salud en el siglo XXI ha de ser el resultado de la integración de la ciencia y la tecnología más actual, por un lado, junto a los enfoques más humanistas y espirituales que permiten no sólo hacer frente a la enfermedad, sino también promover la salud y la calidad de vida en las personas. Salud y felicidad son términos demasiado próximos para no ser tenidos en cuenta, al igual que salud y desarrollo humano. Más bien forman aspectos distintos de un único concepto, siempre que entendamos la salud como algo más que el equilibrio fisiológico o la integridad estructural de las meras funciones o tejidos corporales. Indudablemente somos seres emocionales. Muchos neurocientíficos discuten acerca de si es el pensamiento lo primero o si lo inicial es la emoción. Unas veces se pone de moda una tendencia, y tiempo después la otra. Lo cierto es que conozco a poca gente que desee más un pensamiento que una caricia, una buena frase que una mirada de ternura. Los pacientes, cuando agradecen los servicios a un hospital o a un centro médico, después de haber pasado una penosa enfermedad, siempre lo hacen agradeciendo las atenciones, los cuidados, el trato amable o las muestras de cariño. Nunca he visto que agradezcan el uso del más moderno aparato de ultrasonido o si las pruebas analíticas eran de última generación. Se agradece lo humano por encima de lo técnico (que también es de suma importancia). Quiero indicar con esto que, en el fondo de nuestras entrañas, aspiramos más a una vida con amor que a una vida llena de maravillosos y sofisticados aparatos. Las ciencias de la salud del nuevo siglo XXI deberían tener en cuenta este aspecto y procurar ganar en humanidad, en comprensión y en comunicación empática, para ser verdaderamente saludables.” (ANF)

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.