“Si alguna vez conociste a alguien de espíritu libre, capaz de aceptarte tal cual eres, que sin reproches perdonó las ofensas, que compartió contigo su lado más tierno mostrando su propia vulnerabilidad y que llegado el momento supo decir adiós para dejarte seguir tu propio camino, es posible que te encontrases en presencia de un gran amor” (ANF)