Sabemos que es posible disponer de un magnífico instrumento capaz de hacer muchas cosas, pero si lo utilizamos aplicando un criterio deficiente para su uso no lograremos alcanzar el rendimiento ni el resultado esperado.
Queda claro, pues, que no basta con poseer los medios precisos, es importante, además, saber qué hacer con ellos. Estoy refiriéndome a la diferencia que existe entre tener un criterio útil o no.
En este punto creo oportuno definir lo que entiendo por criterio. Criterio es una norma que nos permite aplicar los conocimientos sobre un asunto determinado o, dicho de otro modo, una norma de juicio o de discernimiento.
Desde el punto de vista de la medicina, hemos de diferenciar entre el conjunto de conocimientos que componen dicha disciplina (es decir, el aspecto técnico), el enfoque antropológico que asumimos y el criterio con el aplicamos nuestros saberes a los casos concretos.
Y todo lo anterior viene a cuento para afirmar que la Medicina Naturista de tradición Hipocrática no es una técnica o un conjunto de técnicas más o menos naturales, como piensan algunos, sino que es un criterio médico de aplicación de las distintas técnicas y saberes dentro del campo de la medicina. Por tanto, no es una medicina alternativa, sino una medicina integrativa.
A continuación expondré los principales aspectos que conforman dicho Criterio Médico-Naturista.
1) ENTENDER LA VIS MEDICATRIX NATURAE Y OBRAR CONFORME A ELLA: La “Vis medicatrix naturae” es la “fuerza curativa de la naturaleza” que, según la medicina hipocrática, cada persona posee. Es una capacidad dinámica de nuestra propia “physis” (“cada physis tiene su dynamis”, señala el Corpus Hipocráticum). Clásicamente es conocido el aforismo “Medicus curat, Natura sanat”, es decir “el médico cura, la naturaleza sana”. Desde este punto de vista, el terapeuta ha de ser un conocedor, mediador y a la vez un servidor de la fuerza curativa de nuestra propia naturaleza.
2) PROCURAR NO PERJUDICAR: Este punto corresponde al “Primun nil nocere” de los antiguos hipocráticos, es decir, lo primero es intentar que nuestras prescripciones no dañen al sujeto. Por tanto, tratamos de evitar al máximo toda la patología iatrogénica, o sea, la causada por los propios medicamentos o procedimientos.
3) ENFOQUE GLOBAL DEL SER HUMANO: Significa considerar al individuo globalmente, y no sólo al órgano o sistema enfermo. Sabemos que sanamos y enfermamos sistémicamente debido a que somos seres pluridimensionales en los que se conjugan aspectos físicos, psíquicos y energéticos o espirituales que habrán de ser tenidos en cuenta a la hora de sistematizar una estrategia terapéutica.
4) UTILIZACIÓN JERÁRQUICA DE LOS REMEDIOS: Existe preferencia en iniciarlos tratamientos aplicando remedios poco agresivos y de origen natural (plantas, arcilla nutracéuticos, etc.).
Se conocen como “Agentes naturales de salud” al uso medicinal de los elementos naturales tales como agua, arcilla, aire, sol, etc.
También se utilizan remedios de tipo energético y vibracional, es decir aquellos que actúan sobre los campos energéticos y sutiles del ser humano, como la homeopatía, las Flores de Bach, etc.
Es importante no perder de vista que uno de los remedios más potentes que se conocen es la voz humana, tanto por su aspecto vibracional como por lo referente a su contenido.
Esto quiere decir que habremos de cuidar especialmente el “uso terapéutico de la palabra”. Ya Platón, en el Cármides, nos habla del “Terpnos logos”, “un decir dulce, placentero y suave, a partir del cual se puede recobrar la salud del alma y también del cuerpo”.
Lástima que estas sensatas palabras del sabio griego hayan quedado en el olvido durante siglos.
Pingback: El aire, una medicina que nos ayuda a sanar | Sofrodynamia® y Salud
Pingback: El elemento fuego y su uso terapéutico | Sofrodynamia® y Salud
Pingback: El criterio Médico Naturista
Pingback: El elemento fuego y su uso terapéutico – Doctor Nougues