Hay quienes pretenden ser felices a través del dinero, del prestigio social, de ocupar cargos de relevancia, etc. Pero encontramos otro grupo de personas que entienden que disfrutar de una vida más saludable, feliz y armónica sólo es posible de conseguir cuando elegimos el camino del autoconocimiento y del desarrollo humano.
Cada cual habrá de decidir en qué grupo quiere situarse, ya que el curso de la vida variará radicalmente según elijamos uno u otro.
Para aquellos que han decidido la segunda opción, la del autoconocimiento y desarrollo, decirles que el camino no es ni fácil ni corto, pero mantengo la convicción de que es el que más merece la pena de ser recorrido.
Las dificultades que habitualmente encontraremos a lo largo de nuestro viaje pueden proceder del medio que nos rodea o incluso de aquellas personas que, incluso siendo cercanas, no entienden bien nuestras decisiones o nuestros compromisos, pero las barrera más complicada de salvar suelen provenir de nuestro propio interior.
La mayor parte de las veces, dichos obstáculos, se mantienen en niveles no conscientes de la mente del sujeto, por eso habremos de estar avisados y prevenidos para detectarlas cuando aparecen y aplicar las correcciones adecuadas para superarlas.
Su número puede ser elevado, pero a continuación comentaré las cuatro dificultades que con más frecuencia he encontrado a lo largo de estos años.
1.- La inercia: Es una de las más frecuentes y peligrosas, debido a que suele pasar muy desapercibida.
Eso sucede porque la mente humana se encuentra diseñada para crear hábitos mediante la repetición. Una vez hemos generado dichos hábitos, automatizamos las respuestas y ya no tenemos que pensar conscientemente, sino que respondemos de manera automática.
Este mecanismo tiene como consecuencia que encontremos personas que vivan la vida como si estuviesen en “piloto automático”, manteniendo las mismas inercias habituales, lo cual les dificulta el proceso de autoconocimiento y desarrollo.
La inercia es uno de nuestros principales enemigos por la frecuencia en la que la encontramos, lo desapercibido que pasa y la manifiesta dificultad que genera para ser más felices.
2.- El miedo al cambio: Pocos refranes están más internalizados ni han hecho tanto daño como el de “más vale malo conocido que bueno por conocer”. A mi me parece una frase bastante limitante. Como ejemplo, aplíquelo en los casos de maltratos en el hogar y verá con el resultado que se encuentra.
Los que siguen este refrán prefieren sufrir, porque “su sufrimiento es conocido”, mejor que arriesgarse a establecer cambios que pudieran ser inciertos.
Para muchos, decidir romper las cadenas que les atan les parece más inseguro y peligroso que mantenerse en lo que les perjudica. Parece como si tuviesen una gran dificultad para explorar nuevos horizontes.
3.- Ausencia o dificultad con las metas: Recuerdo la historia de un hombre
que no quería salir del pueblo porque no sabía que había otros lugares a los que ir. Hay quien se conforma con la vida que lleva porque desconoce que se pudiese vivir de otro modo.
Estos son los partidarios de “la vida es así”, “todo es lo mismo”. Frente a esto habría que decir que la vida puede llegar a ser tan terrible o tan maravillosa como tú la construyas. ¿Es el mundo un valle de lágrimas o podría ser otra cosa?
4.- Encontrar ganancia en la situación actual: Este es uno de los perores venenos para el sujeto y para su entorno. Cuando alguien obtiene ganancias de la forma que sea, tanto conscientes como no conscientes, sobre su propio sufrimiento resultará muy difícil que quiera salir de él. Elaborará diversas explicaciones para tratar de demostrar los motivos por los que está donde está así como las razones por la que es imposible cambiar. Es de los casos más difíciles de solucionar, aunque siempre es bueno dejar una puerta abierta a la esperanza.
Así que, si has elegido crecer y desarrollarte, habrás de estar suficientemente atento como para descubrir y solventar las limitaciones anteriores o cualquiera otra que pudiese aparecer.
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