
Los seres humanos nos parecemos a las plantas en que debemos crecer y dar frutos
Los seres humanos tenemos ciertas semejanzas con el mundo vegetal, sobre todo en el sentido de que estamos llamados a florecer y dar frutos. También, al igual que le sucede a una planta, si no recibimos los alimentos apropiados no es posible conseguir lo anterior.
En los vegetales son las raíces las encargadas de aportar los nutrientes necesarios para su desarrollo, además de ayudar a sostener a la planta sobre el terreno.
Esta analogía nos sirve para explicar el concepto de Enraizamiento Sofrodynámico, el cual es un elemento constituyente del llamado Sistema E.C.A. (Enraizamiento, Centramiento, Alineamiento), del que es posible encontrar información en otros post de este mismo blog.
La palabra enraizamiento ha sido utilizada en otras disciplinas tales como el Qi Gong o el Tai Chi, pero el Enraizamiento Sofrodynámico posee unas características propias y específicas que hace que se diferencien de lo que esta misma palabra significa en otros ámbitos.
Hay que decir que la noción de enraizamiento es uno de los conceptos más importantes dentro del entrenamiento de nuestra metodología.
En Sofrodynamia®, enraizamiento, hace alusión a la necesidad de nutrir cada uno de los diferentes aspectos que constituyen un ser humano, a saber: corporalidad, dimensión psicoafectiva, energía y espiritualidad.
Para ello habrá, primero, que indagar cuáles son los nutrientes que necesitamos en cada una de estas dimensiones, y, después, realizar las acciones adecuadas para incorporarlos.
Por consiguiente, enraizarse sofrodynámicamente quiere decir estar conectados con aquello que nos nutre, tanto en el aspecto material, como en el psicológico y el espiritual.
Hablamos, pues, de un Triple Enraizamiento, que ha de ser tenido en cuenta si queremos mantenernos apropiadamente en equilibrio.
El sistema E.C.A. en general, y el enraizamiento en particular, también puede ser utilizado en la resolución de conflictos o limitaciones.
Porque cada conflicto o dificultad posee algo que lo nutre y lo mantiene en el tiempo. Si dejamos de nutrir el conflicto, éste se disolverá. Pero ojo, descubrir el enraizamiento de un conflicto es distinto de encontrar la causa. Por tanto, hay que diferenciar entre cuál es el origen y qué mecanismos lo mantiene a lo largo del tiempo.

Un buen enraizamiento nos permite desarrollar nuestra fortaleza interior
Recordemos que no hay nada que perdure indefinidamente sin un gasto de energía, lo cual quiere decir que para mantener una situación o un proceso de forma prolongada hay que nutrirlo.
Derivado de un buen Enraizamiento Sofrodynámico surge la fortaleza. Estar bien enraizados nos hace más fuertes ante los diferentes conflictos, es decir, contribuye a desarrollar la resiliencia o capacidad de afrontar la adversidad de forma apropiada.
Y todo ello estará relacionado con nuestro poder personal y con la posibilidad de materializar en el mundo todos nuestros proyectos.
Por el contrario, un enraizamiento deficiente o patológico nos conduce a sentirnos más vulnerables y ser incapaces de afrontar los retos que la vida nos trae.
Así que, desde mi punto de vista, opino que el asunto tiene suficiente importancia como para que le dediquemos algún tiempo para reflexionar acerca de qué es lo que necesitamos como seres humanos para poder expresar toda nuestra potencialidad.
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