Habitualmente se habla de la soledad como de un estado no deseado, ni deseable, del ser humano que conduce a estados de ánimo depresivos a quienes lo padecen, de tal manera que nos proponemos combatirla por todos los medios. Los datos que suelen difundir los medios de comunicación acerca de la soledad en las grandes ciudades, parecen confirmar esta visión.
Sin embargo, para mí, sin negar el hecho de que existen personas, sobre todo mayores, que sufren mucho estando solos, me resulta importante plantear otro punto de vista.
¿No será, también, que no hemos aprendido a vivir la soledad de una manera potenciadora? ¿No será que en lugar de crecer en autonomía lo hemos hecho en dependencia emocional?
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