“Es el perdón una gran medicina que cura en profundidad a quien lo practica y sana las relaciones deterioradas. Pero como todo lo valioso tiene un alto precio, requiere un corazón generoso y la capacidad de soltar para siempre tus resentimientos” (ANF)
Y si no tienes resentimiento, ni odio, ni deseos de venganza, pasó el daño y el dolor y con el tiempo lo olvidas, si te lo recuerdan o te acuerdas sin la carga emocional de entonces y objetivamente aquello fué una gran faena, dura e injusta. Tampoco hay que empeñarse en perdonar, porque hay cosas que son imperdonables.
No se trata de si tuvistes razón o no. Incluso puedo estar de acuerdo en que hay cosas imperdonables. Pero el asunto central es si hacerse daño uno mismo es el mejor camino o no.
En efecto. Estaba pensando en las respuestas de la hermana de Pagazaurtundua y en la de Ordoñez sobre las entrevistas con los asesinos de sus hermanos. Ninguna perdonó, pero las actitudes fueron bien distintas. En ambos caso el daño era objetivo e indiscutible. La palabra «perdón» tiene un amplio campo semántico y poco definido. Mejor hablar de rencor, odio, resentimiento y venganza. El «ama a tu enemigo» nació para contrarrestar el «ojo por ojo». No va más allá.