Cuentan que Sócrates, el conocido filósofo griego, se atribuía la capacidad de hacer que una persona corriente y sin especial preparación, fuese capaz de llegar a descubrir grandes verdades filosóficas a condición de ir proponiéndole las preguntas apropiadas.
A este arte de saber realizar buenas preguntas para llegar a alcanzar elevadas respuestas se le denominó Mayéutica, debido a que la raíz griega de dicha palabra hacía alusión al oficio de partera y la actividad mayéutica se asemejaba mucho a capacidad para “dar a luz” nuevas comprensiones y conocimientos”. Era como ayudar a “parir” un nuevo conocimiento o una nueva comprensión.
Inspirado en este estilo de indagación socrática, que puede ser conocida a través de los textos de filosofía, he convenido en llamar “Mayéutica Sofrodynámica” al “arte de realizar buenas preguntas” para indagar en nuestro mundo interior y facilitarnos el proceso de desarrollo humano. Dicho de otro modo, llamamos Mayéutica Sofrodynámica al método que usamos en Sofrodynamia® mediante el cual llegamos a comprensiones significativas en base a la indagación reflexiva mediante las preguntas adecuadas.
En Sofrodynamia®, a las preguntas adecuadas las llamamos Preguntas de Alto Nivel (PAN), y son de gran utilidad en nuestra metodología. Por tanto, la Mayéutica sofrodynámica, consiste, pues, en un procedimiento gracias al cual proponemos al alumno que investigue en el triple nivel: Cuerpo, Psique y Espacio Interior, con la finalidad de que encuentre por sí mismo sus propias respuestas.
La aplicación del método Mayéutico Sofrodynámico requiere de varias condiciones. La primera de ellas consiste en aprender a evitar las preguntas limitantes que solemos hacernos, es decir, aquellas que nos arrastran a entrar en bucles rumiativos que no nos llevan a ningún lado. Una vez hecho eso, tendremos que familiarizarnos con el arte de «aprender a preguntarse», lo cual significa realizar P.A.N. (Preguntas de Alto Nivel). Conforme el alumno va avanzando en su entrenamiento y comprende el método, llegará a desarrollar la habilidad de ser un buen indagador y a disfrutar, también, de las ventajas de la Mayéutica Sofrodynámica.
A veces una pregunta es como una piedra que cae en un estanque. Habrá que esperar a que las ondas generadas toquen la orilla. Y eso lleva su tiempo. Es importante, pues, tener en cuenta que muchas veces, incluso cuando la pregunta es bastante apropiada, las respuestas pueden tardar en aparecer. No debemos preocuparnos si cuando hacemos una pregunta las respuestas surgen rápidamente o no, sino que es muy importante tener paciencia y esperar el tiempo necesario. En esto no hay plazos. Hemos de estar dispuestos a esperar el tiempo suficiente, sabiendo que, además, de esperar tiempo, necesitamos crear espacio en nuestro interior, sobre todo a través del silencio, para que la respuesta se dé. Si hay mucho ruido interno, es posible que aquello que esperamos pase desapercibido.
Una buena respuesta solo aparecerá como fruto de una buena pregunta en un sujeto que observa atentamente aquello que se presenta en su consciencia y que mantiene una actitud de observación atenta y ecuánime de aquello que aparece en su consciencia. Estás cordialmente invitado a desarrollar esta habilidad que nos propone la Mayéutica Sofrodynámica.
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