Cuando constatamos que una persona es feliz solemos pensar que ha tenido mucha suerte.No cabe duda que para muchos de los eventos que suceden en la vida, tener suerte o no tenerla, será un factor determinante. Pero me pregunto si eso mismo sigue siendo válido en lo que se refiere a la consecución de la felicidad. Así que surge la pregunta de si la felicidad es una cuestión de suerte o también depende de otros factores.
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Epigenética y salud
“Algunas veces escucho aquello de “para qué cuidarse tanto, mira fulano, fumando toda la vida y ahí lo tienes con noventa años y en perfecto estado”.
En cierto modo, parte de esta frase, tiene razón. Al menos en algunos aspectos de la misma, ya que es verdad que fulano tiene noventa años y también es verdad que fuma mucho y se encuentra aceptablemente bien para su edad.
Pero dicha afirmación es bastante más cuestionable en lo que al sentido de la misma se refiere, ya que trata de dar soporte a la creencia que algunos sostienen de que da igual lo que hagas, porque al final es la “suerte” lo que marca la diferencia entre salud y enfermedad. Si la tienes, hagas lo que hagas, vivirás mucho y bien, y si no la tienes enfermarás y morirás más precozmente.
Pero afirmar lo anterior es ya otra cosa. Sin quitarle mérito a la suerte, el destino o lo que se quiera invocar, según parece, lo que hagamos en nuestra vida determina mucho nuestro futuro. Al menos eso es lo que dicta el sentido común, y los estudios científicos actuales al respecto lo corroboran.
Obviamente, existen ejemplos de una cosa y de lo contrario. En la vida, las cosas unas veces funcionan y otras, en cambio, no. Pero esto no hace más que mostrarnos que vivimos en un mundo incierto, en una realidad probabilistica que, aplicada al campo de la salud, cuestiona toda certeza que queramos sostener.
Por esa razón, es posible que haya personas que se cuidan poco y viven mucho y también otras que se cuidan mucho y viven poco. Yo conozco ejemplos de ambos casos. Pero que duda cabe que, en términos de probabilidades, cuidarse implica una mayor probabilidad de vivir en salud que si no te cuidas.
Es muy importante que entendamos que en la vida, en general, y en el campo de la salud en particular, no existen las certezas, sólo una aproximación o un distanciamiento a dichas certezas. Así, si no fumas, es más difícil que contraigas un cáncer de pulmón, pero no tienes la seguridad de no llegar a tenerlo.
Hoy día parece claro que el estilo de vida apropiado es un elemento fundamental para mantenernos en salud, ya que incrementa la probabilidad de que así sea, pero hemos de tener presente que no nos da seguridad al cien por cien.
La base genética que recibimos de nuestros padres a través de la herencia ligada al ADN, juega un papel fundamental en lo que se refiere a nuestra salud. Desde este punto de vista exclusivamente genético algunos podrían llegar a pensar que existe un cierto determinismo biológico del que no podemos escapar y que esto marcaría la diferencia entre vivir sanos o enfermar.
Pero hoy día sabemos que además de la inexorable carga genética, también entran en juego una serie de factores ambientales que son capaces de hacer que los genes se expresen o que queden silenciados.
A esta nueva disciplina que se ocupa de investigar y profundizar en estos asuntos se le denomina Epigenética. Consiste en el estudio de todos aquellos factores no genéticos que intervienen desde el óvulo fertilizado hasta su senescencia, pasando por la forma adulta. Estos factores están ligados al estilo de vida del sujeto y al medio ambiente en el que se desenvuelve dicho sujeto.
Dependiendo de la calidad de ambos, medio ambiente y estilo de vida, la carga genética se expresará de un modo o de otro. Es decir, los seres humanos nacemos con un potencial genético, hereditario, y el modo de vida y el lugar en el que vivimos modularán la expresión de dichos genes.
Por tanto, y en base a los conocimientos actuales, siguen siendo válidos los postulados que sostienen que, si queremos tener una vida más saludable, habremos de seguir manteniéndonos fieles a los tres pilares fundamentales de la buena salud, a saber: una dieta adecuada, ejercicio físico moderado y continuado, y armonización mental y emocional con un enfoque de vida positivo.
Así que, tengas la genética que tengas, si cuidas tu dieta, ejercitas tu cuerpo y calmas tu mente, vivirás mucho mejor.” (ANF)