Hace unos años que un estudio epidemiológico en Francia sobre la incidencia de enfermedades cardiovasculares, daba al traste con los paradigmas nutricionales vigentes. Dicho estudio revelaba el hecho contradictorio de que una población con un alto consumo de grasas saturadas, tabaquismo y poca actividad física, tuviese un sorprendente menor indice de patología cardiovascular, sobre todo coronaria. Dichas cifras eran inferiores a otras poblaciones con una alimentación supuestamente más sana. A este hecho se le denominó “la paradoja francesa”. Sigue leyendo