Editorial enero 2013

editorial enero 2013Pues como era de esperar, por fin se fue. ¿Quién?, el 2012. Y, según parece, en vista de lo sucedido, no lo recordaremos con demasiado cariño. La duda está en que, teniendo en cuenta lo que dicen que nos espera, no lo vayamos a echar de menos.

Pero pensándolo bien, algo contentos debemos estar, ya que por lo menos superamos el famoso fin de los tiempos de los profetas y hermeneutas de los escritos Mayas, algo es algo.

Aunque ahora rectifican. Dicen que no entendimos bien el mensaje. Que todo estaba en clave. Que no se referían al final físico del mundo sino a un cambio de Era, un cambio de consciencia universal. Que eso de la lluvia de meteoritos que asolarían la tierra y las naves extraterrestres llegando a mansalva que habían vaticinado que, en fin, que eran cosas metafóricas y que por eso no comprendimos bien el mensaje. Pero que, en definitiva, ha finalizado un ciclo y se inaugura otro nuevo mediante un cambio de consciencia humana colectiva.

Esto último, lo del cambio de consciencia, me suena muy prometedor y me tranquiliza bastante. Como que se me quita el desasosiego que tenía, porque eso de cambiar la  consciencia, mola mucho.

Nada más pensar en un cambio cósmico y una alineación planetaria con el centro solar de la galaxia, que sea capaz de hacer que Rajoy cumpla lo que prometió, que Rubalcaba se vuelva sincero, que Obama acabe con el hambre y las guerras y que los chinos cumplan los tratados sobre derechos humanos, es que me da una alegría que vamos, me quedo “exultante de gozo pascual”.

Y yo, que llevo estudiando un poco eso de la consciencia y el modo en el que influye en comportamiento humano desde hace más de treinta años, no me he llegado a enterar muy bien, todavía, de qué puñetas significa realmente eso del cambio de consciencia planetaria. ¡Y mira que suena bien!

A mi, aunque no lo comprenda, me gusta mucho. Pero lo que pasa es que cuando le pregunto a algunos entendidos (o supuestos entendidos) tampoco me lo saben explicar demasiado bien. Hombre, si me queda claro, según me dicen, que la cosa es lenta, que es poco a poco, pero que nada, que toda la humanidad ha dado un salto evolutivo a un nivel superior y no falta mucho para que todos seamos felices, en una especie de paraíso terrenal. ¡Como no voy a estar contento!

Y pienso yo que como llevamos sólo unos días desde el cambio cósmico de consciencia, pues será por eso que no he notado nada aun. Y la gente en general me parece que sigue igual, y yo mismo, en particular, me percibo muy parecido a como estaba antes de este famoso evento. Es posible que sea así porque soy un poco tarugo para estas cosas, pero no dudo en que encontraré alguien más despierto que yo que me ilumine en mi ignorancia y me enseñe mucho mejor.

Además, tengo el propósito de ser más paciente y ver si a final de 2013, puedo notar la diferencia de consciencia en la humanidad o al menos en algunos de los que me rodean, lo cual sería una muy buena noticia.

Mientras tanto haré lo que solía en años anteriores por estas fechas, una especie de balance para mis adentros del año que se ha ido, y formularé mis propósitos y deseos para este nuevo año que comienza, con la intención de poner los medios necesarios para que se vayan cumpliendo. Ya sé que esto es poco “glamuroso”, es más bien vulgar, pero como todavía no he hecho el cambio de consciencia cósmico, pues sigo tan primate como antes.

Y de entre todas las cosas que deseo hacer en este próximo año, hay una que considero más importante que las demás, ya que sin ella el logro de otras metas se me antoja bastante difícil.

Es algo que he hablado con mi mujer, y hemos llegado a la conclusión de que es bastante importante. Ella dice, y yo lo comparto plenamente, que para cuidar a otros, como es nuestro caso, nosotros hemos de estar suficientemente bien. Esto es de una lógica aplastante.

Y para estar bien necesitamos cuidarnos un poco más de lo que hemos hecho hasta ahora, atendiendo no sólo al plano físico sino también al mental y al espiritual.editorial enero 2013-1

Desde mi punto de vista, además del acervo genético con el que venimos al mundo y que condiciona en parte nuestro futuro, en términos de salud, existen tres pilares fundamentales para el mantenimiento de la misma: la alimentación, el ejercicio y la estabilidad mental.

En lo que se refiere a la alimentación, además de los alimentos sólidos y líquidos que debemos ingerir, hemos de tener especial cuidado y atención con la salud de nuestro aparato digestivo. Decía Myer que la salud del ser humano se enraizaba en el intestino, y según demuestran las últimas investigaciones al respecto parece que algo de razón tenía. El cuidado y equilibrio de la flora intestinal se considera hoy día un elemento clave para nuestro bienestar.

Poco hay que decir que no se conozca ya respecto a la importancia del ejercicio físico y su relación con la salud. Todos sabemos que un ejercicio físico moderado se ha demostrado como uno de los ingredientes más importantes para mantener un buen estado de salud.

Quizás el término más difícil de definir sea el de estabilidad mental, porque podemos entender muchas cosas diferentes al referirnos a él. Sin entrar en muchas divagaciones al respecto diré que se trata de mantenernos estables ante los acontecimientos perturbadores y ser capaces de regresar pronto a nuestro centro cuando los eventos vitales nos sacan de él. Obviamente la ilusión por las metas, la alegría en lo cotidiano y la conexión con la dimensión trascendental de nuestra vida, forman parte también de dicha estabilidad mental.

editorial enero 2013-2Pero para que todo lo anterior no se quede sólo en buenas intenciones hemos de trabajar con fe, esforzarnos con ilusión y hacer que nuestros pasos nos conduzcan por el camino deseado y no por otro. No pienso que sea sencillo pero sí estoy convencido que dicha elección merece la pena.

Como resumen del balance de 2012 diré que de entre todas las cosas sucedidas, que han sido muchas, la más destacable e importante para mi vida personal y familiar fue, sin duda, el nacimiento de mi nieta. Ello ha sido una verdadera bendición que ha alegrado la vida de todos. Verla crecer feliz cada día es para todos los miembros de mi familia motivo de regocijo y esperanza.

Con esta última compañía, el regocijo y la esperanza, pretendo comenzar este nuevo año en el que, a pesar de los pronósticos agoreros y nada halagüeños, estoy convencido que con el esfuerzo de todos lograremos transformar el sombrío panorama y hacer que lo árido y seco se vuelva de nuevo fértil y vivo.

Feliz enero

Un pensamiento en “Editorial enero 2013

  1. Y dicen que la ironía no se entiende por internet. Grandes dosis de sentido del humor van a hacer falta para continuar luchando por restablecer el mínimo sensato de supervivencia para todos y contrarrestar lo que la codicia de unos pocos nos ha traído. Me sumo al plan de la concentración en el objetivo de estar bien para poder atender y tener para poder dar. Al intestino lo cuidaré quitándole el gas y respiraré mejor riéndome más.
    Gracias por la editorial, doctor, ya está funcionando.

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