“Vivir desde la abundancia no significa tener mucho dinero o propiedades, sino sentirse beneficiario de toda una ancestral corriente de sabiduría y amor que llega hasta nosotros a través de los tiempos. Quienes nos sentimos así de favorecidos, hemos de asumir el compromiso de hacer que dicha energía continúe fluyendo y pueda alcanzar, incluso, a quienes todavía no han nacido” (ANF)