El licopeno es un carotenoide presente en el suero humano y en la piel, así como en otros órganos tales como el hígado, pulmones, suprarrenales y colon. Las fuentes naturales que contienen licopeno en mayor cantidad son las frutas y vegetales rojas, sobre todo el tomate, al que confiere su coloración roja, y productos derivados del tomate, y también podemos encontrarlo en el pomelo rojo, el pimiento rojo y la sandía.
El pico máximo de concentración se detecta a las seis horas después de la ingestión, teniendo posteriormente un tiempo de vida media de doce a veinte horas.
Se han encontrado en el licopeno propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antiproliferativas, sobre las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, en estudios de laboratorios y en animales, sin embargo en humanos todavía sigue siendo un tema de controversia. Pero, según parece, su consumo a través de la dieta es insuficiente para conseguir dichos efectos.
El licopeno es un potente antioxidante que protege a la célula del daño producido por los radicales libres. Parece un suplemento seguro, y se ha demostrado que los suplementos diarios de 30mg/día durante 8 semanas no han producido efecto adverso alguno.
Respecto a la lactancia y el embarazo, no existe ningún problema en el consumo de licopeno ligado a los alimentos, pero todavía no existen estudios suficientes para avalar su seguridad cuando se usa en forma de suplementos.
No se conocen contraindicaciones (a excepción de la hipersensibilidad al licopeno o fuente alimentaria), aunque existen datos que confirman que el consumo de 18 gr/día de olestra podría disminuir significativamente los niveles de licopeno en el suero, por lo que se recomienda separar su administración en el tiempo. A parte de lo anterior, no se conocen interacciones con otros medicamentos.
Algunos estudios correlacionan niveles altos de licopeno sérico, o el alto consumo de alimentos con licopeno, con la reducción de las posibilidades de padecer cáncer, enfermedades cardiovasculares y degeneración macular. Pero dichos estudios se basaban en el consumo de tomate y no en el de suplementos puros de licopeno. Al tener el tomate otros componentes bioactivos como la vitamina C, el ácido fólico, el potasio, etc. las conclusiones no están demasiado claras todavía. Algunos estudios han sugerido la posibilidad de que el licopeno ayude en la prevención de la hipertrofia benigna de próstata. Encontramos estudios epidemiológicos basados en el alto consumo de productos derivados del tomate concluyeron que podrían prevenir el cáncer de cuello uterino, pero otros trabajos no han encontrado dicha evidencia.
La mayoría de estudios epidemiológicos evalúan la cantidad de licopeno consumido en la dieta sin precisar las dosis terapéuticas en las distintas patologías. Únicamente en el caso de la hipercolesterolemia se indica que una dosis de 60 mg/día durante 3 meses produce una reducción del 14% de la oxidación de las lipoproteinas de baja densidad del plasma.
También se han realizado otros estudios que correlacionan el riesgo cardiovascular y el consumo de licopeno en mujeres pre y postmenopáusicas. Los resultados señalan la relevancia de la prevención en el abordaje nutricional asociado a las diferentes etapas biológicas de la mujer. Se han publicado estudios con animales y también epidemiológicos, que sugieren la posibilidad de que el licopeno ayude a prevenir el cáncer de mama. Las investigaciones epidemiológicas que han tratado de fundamentar la relación entre el cáncer en general y la alimentación, no llegan a aclarar suficientemente si se debe a la alimentación o al estilo de vida en general.
A pesar de la controversia, la mayoría de las evidencias indican que el licopeno tiene un efecto preventivo frente a diversos tipos de cánceres.