La Fuente

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En mi Jardín Interior descubro La Fuente de vida

Muchas veces he contado que me gusta imaginar mi Mundo Interior como un jardín.

Un Jardín que he de cuidar y mimar para que florezca y dé frutos que alimenten a otras criaturas.

En una parte de él habitan mis emociones, mis proyectos, mis miedos…, pero sé que todo ello es ilusorio, que no son más que espejismos creados por la mente, y que todo el jardín no es más que un gran palacio de puro cristal, vacío y transparente en el que habitan el amor, la sabiduría y el gozo.  Sigue leyendo

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La fuente“Todos tenemos una Fuente, un manantial de vida del que nos nutrimos. De ahí surgen nuestros anhelos, nuestras más altas aspiraciones, los más puros deseos de trascender, la conexión con lo Inombrable… Sus aguas son puras y cristalinas. Sacian la sed del buscador, y en el frescor de sus orillas puedes reposar de tus fatigas. Pero muchas veces, cuando llega a la superficie de la mente sus aguas vienen contaminadas por pensamientos erróneos, por emociones perturbadoras, por miedos irracionales, por convencionalismos absurdos… No te engañes. Esa no es tu Fuente. Cierra tus ojos. Respira con calma y permítete acceder a la insondable profundidad de tu consciencia. Tu Fuente te espera. Si la visitas con frecuencia comprobarás que cada vez el camino es más fácil. Hasta que un día, llegado el momento, tu Fuente y tú seáis uno.” (ANF)

Apagar mi sed

“Cada día busco un momento para adentrarme por los recónditos senderos que me conducen a la fuente que hace tiempo descubrí.

En silencio, por el conocido camino, llego hasta ella; bebo de su manantial y reparo la sed de mi alma. Cuando saboreo su agua siento que no hay pasado, que no hay futuro, sólo escucho el canto alegre de mi corazón y, por unos instantes, simplemente, soy.” (ANF)