Nadie en su sano juicio desea sufrir sino todo lo contrario, desea ser feliz. Sin embargo, algo erróneo debemos hacer porque muchas personas se quejan de que obtienen más de lo primero que de lo segundo.
Sabemos que el cielo y el infierno están en nuestra propia mente, y nosotros tenemos las llaves de lo uno y de lo otro. Podría decirse, pues, que el sufrimiento es un estado infernal de la mente. Sigue leyendo