La práctica de «La sonrisa Interior» es un conocido ejercicio de Qi Gong que ha sido ampliamente utilizado a través de los tiempos. Tanto es así, que numerosas disciplinas del campo de la meditación y del desarrollo personal la han utilizado como elemento añadido dentro de sus prácticas.
Por eso, en algunas ocasiones, durante la práctica de los ejercicios de Sofrodynamia® y de Gyalpo, les he propuesto a los alumnos que aprendan a “instalar la Sonrisa Interior” como un elemento más de la práctica que llevemos a cabo en esos momentos. Pero qué significa esto exactamente.
La Sonrisa Interior no consiste en sonreír hacia fuera sin más, sino que en realidad se origina, como su nombre indica, en el interior, en lo más profundo de nuestro corazón.
Nace pura y simple a partir del agradecimiento sincero, del reconocimiento de tener un cuerpo y una mente dispuestos para la práctica espiritual, y a partir de la toma de consciencia del estar “aquí y ahora”. Cuando practicamos la Sonrisa Interior conectamos con la alegría de ser, con la alegría de hacer y con la alegría de vivir.
El corazón se ensancha y se regocija, se llena de agradecimiento y de amor, y, desde ahí, se manifiesta en el resto del cuerpo en forma de distensión muscular, desbloqueo articular, mejor y mayor flujo sanguíneo, eliminación de pensamientos persistentes y negativos, ejecución más sencilla y fluida de movimientos, centramiento y claridad mental, porque cuando la mente se serena, la energía fluye.
La Sonrisa Interior externamente se intuye primero en los ojos, concretamente en su ángulo externo que se eleva ligeramente, y en el brillo que se hace más intenso, reflejando el trabajo personal a través de la consciencia del Ser Interior. Obviamente, de forma sutil, también aparece reflejada en la comisura de los labios que, casi imperceptiblemente, tiende a esbozar una sonrisa suave y plácida. Esta experiencia de alegría nos conecta con la naturaleza, con el cosmos, con el universo, con el sentimiento de amor hacia nosotros mismos y hacia los seres que nos rodean.
Hace años que pude acceder a estas enseñanzas a partir de la práctica del Qi Gong, pero con el paso del tiempo y con la elaboración de mi propia experiencia al respecto, he ido matizando algunos aspectos y adaptándolos al entrenamiento sofrodynámico.
Quisiera decir que la Sonrisa Interior no es algo exclusivo del Qi Gong, sino que emerge de forma natural cuando se practican adecuadamente otras disciplinas del mundo interior, tales como el Yoga, Taichi, Meditación, Respiración Consciente, etc. Ya que, dicha Sonrisa Interior, nos invade de forma espontánea a través de la práctica continuada, constante, abierta y sincera, y tiene grandes efectos en nosotros como ya he comentado antes.
Sin embargo, hay muchas personas que aún realizando una práctica continuada, constante y con interés, parece que no acaban de acceder de forma natural a la experiencia de la Sonrisa Interior.
Para solventar lo anterior y facilitar la experiencia, lo que proponemos es tomar una especie de “atajo”, es decir, realizar una pequeña trampa que consiste es realizar conscientemente la Sonrisa Interior durante la ejecución de los ejercicios, sin esperar a que se genere de forma espontánea, y así podremos beneficiarnos de su acción en nosotros de una forma más rápida. Esto pudiera sonar a algo artificial o algo forzado, pero de esta forma, poco a poco, lo que hacemos es ir habituándonos a ella, de tal manera que llegará un momento en el que surja sin buscarla, sin forzarla, de forma natural y fluida.
Porque si atendemos a nuestros mecanismos neurológicos básicos, sonreír mientras practicamos nos conectará con la alegría, con el bienestar y la satisfacción. Porque no se ejecuta igual un movimiento con el ceño fruncido y el gesto serio (pues ello nos lleva a bloquear el cuerpo y a tener la mente repitiéndonos “esto no me va a salir” o “lo voy a hacer mal”) que con la cara relajada y sonriendo ligeramente, ya que ello nos hace sentirnos relajados y dispuestos, de tal manera que la mente se abre y el aprendizaje se agudiza. Este es el primer paso, importante tanto para los principiantes como para aquellos alumnos más avanzados que utilizan su practica no sólo para su beneficio sino también para beneficiar a otros.
Por todo lo expuesto, es por lo que se puede afirmar que la práctica de la Sonrisa Interior es uno de los mayores regalos que podemos hacernos y, quizás, una de las herramientas más interesantes que deberíamos aprender a “exportar” a la vida diaria.”