Dieta cardiosaludable

Dieta cardiosaludable

Por Dª Gracia María Casado, Nutricionista y colaboradora del C.M.I. Dr. Nougués

Como en muchas otras patologías crónicas, hoy por hoy cada vez son más numerosas las evidencias que ponen de manifiesto la importancia de la dieta como una parte más a considerar dentro del tratamiento terapéutico y general de cualquier patología. La enfermedad cardiovascular es un buen ejemplo de ello. En ella la base de la dieta, a la que denominamos “Dieta Cardiovascular o de Protección Cardiovascular”, es la dieta mediterránea, con las modificaciones que requiere cada paciente de manera totalmente individual, y por supuesto, teniendo en cuenta sus características antropométricas y la/las patología/as que curse junto a la afección cardiaca. Por tanto, no se trata ni existe una dieta  que sea especial y específica frente a la patología cardíaca, sino que se trata de una dieta sana, equilibrada, natural, cuyo máximo exponente en la actualidad es la Dieta Mediterránea, una alimentación caracterizada por el predominio de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras y hortalizas, cereales…),

Como es sabido, la dieta tradicional de los países de la cuenca mediterránea, se ha visto influenciada por diversas culturas durante miles de años, y beneficiada por las características geográficas de la zona de comercio marítimo. El concepto de dieta mediterránea y su beneficio para la salud, está actualmente reconocido, gracias a múltiples estudios epidemiológicos, que comenzaron a raíz del estudio de los siete países, base científica que atribuyó virtudes saludables a la dieta mediterránea, puesto que los resultados mostraron un menor índice de mortalidad, principalmente por accidentes cardiovasculares, en las poblaciones desarrolladas alrededor de esta área.

La tradicional dieta mediterránea reúne bajo sus características todos los alimentos recomendados para prevenir la enfermedad cardiovascular o reducir su morbi-mortalidad, como son: un consumo elevado de aceite de oliva, frutas y vegetales frescos, legumbres, cereales y pescado, y por otro lado, una baja ingesta de carnes y grasas saturadas, azúcares simples y lácteos, así como por una ingesta moderada de alcohol. Esto implica desde el punto de vista nutricional un mayor consumo de grasas insaturadas y menor de saturadas, más alimentos naturales con más fibra y sustancias antioxidantes, y una menor ingesta de proteínas y azúcares refinados.

La representación más conocida de esta pauta alimenticia es la Pirámide de la alimentación saludable basada en la Dieta Mediterránea,  en la que se reúnen las fuentes alimentarias más destacables con las reseñas sobre la frecuencia de consumo recomendadas.

En el último siglo la dieta habitual de los países mediterráneos se ha visto modificada notablemente, debido al cambio en los estilos de vida, y a las grandes presiones comerciales que lleva implícita la globalización del mundo actual. El resultado ha sido una importante modificación de la dieta tradicional y sus patrones de ingesta, que han pasado a ser patrones típicos de países industrializados occidentales, con una importante ingesta de alimentos de origen animal (carnes y productos lácteos), y un consumo más bien bajo de alimentos vegetales (frutas, hortalizas, cereales y frutos secos). Este patrón desequilibrado se caracteriza por una  ingesta alta de grasas saturadas y azúcares refinados, y baja de fibras y micronutrientes, complementado con la actual influencia del consumo de alimentos “enriquecidos” y suplementos dietéticos con los que se trata de compensar las carencias vitamínicas y minerales, muy presentes en la población actual de estos países.

La dieta mediterránea se puede considerar “prototipo de dieta” en la prevención de enfermedades cardiovasculares, y un estándar básico de dieta equilibrada y saludable.

Comprender la enfermedad

Comprender la enfermedad

“Además de la importancia de los productos que tomemos o las dietas que hagamos, una parte fundamental de la curación consiste en tomar consciencia de lo que nos sucede, comprendiendo el significado que la enfermedad tiene para nosotros, y logrando así que un proceso desagradable o doloroso, no frene nuestro desarrollo y nos ayude a seguir creciendo como seres humanos” (ANF)

Condimentos y especias

Condimentos y especias

Por Dª Gracia María Casado, Nutricionista y colaboradora del C.M.I. Dr. Nougués

Bajo el nombre de especias o condimentos (provenientes de semillas, frutos o cortezas secas) se denominan ciertos aromatizantes de origen vegetal, usados para preservar o sazonar los alimentos. Su uso, con el objetivo de definir los sabores gracias a sus propiedades aromatizantes, cada vez es mayor y permiten de este modo que alimentos insípidos y/o desagradables, pasen  a ser sabrosos sin perder sus propiedades nutritivas. Si bien el valor nutricional de éstas no es demasiado alto, algunas pueden contener calcio, hierro y alguna vitamina. Sin embargo, su efecto sobre el apetito es relevante.

Igualmente es importante saber que muchas de ellas deben tomarse con precaución ya que pueden resultar tóxicas en concentraciones elevadas, así como otras presentan compuestos incapaces de ser absorbidos por el organismo siendo eliminados directamente y otros son destruidos por las propias enzimas digestivas.

En la actualidad son y se proponen como una alternativa saludable para la condimentación de nuestros platos, reduciendo así el contenido en sal y aceite a usar, lo que resulta de interés frente a numerosas patologías estrechamente relacionadas con su uso (hipertensión, obesidad/sobrepeso, enfermedad cardiovascular…)

Pero sus usos son varios y vienen dándose desde la antigüedad, por ejemplo junto con el comentado anteriormente, puede destacarse también su aplicación con fines medicamentosos, de conservación, de remedio casero, como cosméticos (en perfumería y belleza), etc.

En términos generales podemos clasificarlas en hierbas y especias que modifican el sabor/color (azafrán, canela…) y aquellas que excitan el paladar (pimienta, chile…). Se habla de hierbas (aromáticas) paralelamente, pues de acuerdo a numerosas clasificaciones, bajo el término de especias también quedan englobadas algunas de ellas. En el caso de las hierbas, la procedencia son hojas de plantas. En este caso sólo “perfuman” la comida y no son tan valoradas como las especias propiamente, ya que su cultivo es doméstico y relativamente fácil, pudiendo hacerse en una huerta o jardín pequeño. Algunos ejemplos serían: la albahaca, el laurel, el hinojo, la menta, el orégano, el perejil, el romero y el tomillo.

Existen una variedad enorme de especias en general, pero entre las más destacadas podemos hacer mención a la albahaca, el azafrán, la canela, el jengibre, el orégano, el perejil, la pimienta blanca, el tomillo, etc. Dentro de ellas inclusive podemos  encontrar aquellas que al mismo tiempo son también un alimento en sí, es el caso de la cebolla, el ajo, o el propio pepino (que como encurtido se considera especia), por ejemplo.

Pongamos sabor natural a las comidas, mediante fuentes naturales.

Cada vez mas…

Por Dª Gracia María Casado, Nutricionista y colaboradora del C.M.I. Dr. Nougués

Con este artículo y dada la repercusión que éstos tienen en la alimentación, nos centramos en dos nuevos términos relacionados con los trastornos de la conducta alimentaria. No cabe duda que la sociedad actual y estilo de vida en el que como ciudadanos estamos inmersos, cada vez se hace más patente y deja una huella desafortunadamente y aunque pueda sonar duro, hacia  nuestra autodestrucción. Piensen fríamente y vean la paradoja: ¿preocupación por la salud y responder de este modo?, ¿ilógico no les parece?

 

DIABULIMIA, se trata de un trastorno de la conducta alimentaria y si queremos catalogarlo por su gravedad, podemos decir que sus consecuencias son fatales. Entre los síntomas característicos, que pueden aparecer bruscamente y se parecen a los de la diabetes, destacan la fatiga, sed, ganas de orinar constante, apetito excesivo, dificultades en la concentración… Este trastorno sobre el que se retoma el interés en nuestros días, si bien aún no es un término médico reconocido como tal, sino que se estudia como la combinación de ambos cuadros, se relaciona con personas diagnosticadas de diabetes tipo I o insulinodependientes. En él, el control dietético y el uso de insulina que precisa la diabetes tipo I, enmascaran un trastorno alimentario que tiene como objetivo perder peso de manera descontrolada. Así, una de las técnicas de los diabulímicos es reducir su dosis de insulina para que el cuerpo no pueda incorporar azúcares y así se limite el aporte calórico, lo que consecuentemente permite la pérdida de peso. Pero se está jugando “con fuego” al dejar que grandes cantidades de azúcar transiten por el organismo sin que éste pueda aprovecharlo, pues no hay insulina necesaria y esto origina, de mayor a menor gravedad: hipoglucemias, hiperglucemia y cetoacidosis y  coma diabético que puede acabar en la muerte. Del mismo modo, complicaciones crónicas tales como las neuropatías (ej: ceguera si se afectan los vasos sanguíneos del ojo, u otras), fallo renal o la amputación de miembros pueden ser consecuencias graves del mal control metabólico, mantenido a largo plazo.

Algunos de los signos de alarma que pueden ser un  indicio de sospecha, o al menos orientativos de este  trastorno, son:

  • valores muy altos de hemoglobina glicosilada (parámetro que mide niveles de glucosa en sangre)
  • ansiedad ante los controles de peso (rechazo o compulsión)
  • episodios frecuentes de hipoglucemias, aún cuando tienen asistencia por especialistas.
  • demanda de cambios en el patrón alimenticio
  • alteraciones en el ciclo menstrual (irregularidad, ausencia, demora)
  • episodios de atracones al menos 2veces/semana.
  • situaciones de tensión familiar
  • práctica excesiva de perdida peso

 

DRUNKOREXIA: se define como dejar de comer para poder beber alcohol. Es decir, teniendo en cuenta que beber alcohol es ingerir muchas calorías vacías y por tanto engorda, se dejan de ingerir las comidas principales para “compensar” y así mantener el peso a raya. Esta conducta es típica de jóvenes (adolescentes o no) habituales del botellón. Esta situación conlleva a largo plazo a deficiencia vitamínica, mineral y de nutrientes primarios que llevan a un estado crónico de cansancio y hacen a la persona más propensa a caer enferma.

El tratamiento e intervención en estos casos debe ser multidisciplinar y si bien los efectos más directos se perciben a nivel de la alimentación y conducta alimenticia del sujeto, siendo fundamental la educación y adquisición de un patrón nutricional adecuado, no debemos olvidar en ningún caso, su importante componente psicológico.

 

Uvas: Benefíciaté de sus propiedades

Por Dª Gracia María Casado, Nutricionista y colaboradora del C.M.I. Dr. Nougués

La uva o grano de uva es el nombre que recibe el fruto que crece formando racimos de la vid, planta que fue de las primeras cultivadas por el hombre y cuyo consumo a lo largo de la historia de la humanidad, se ha visto influenciado por numerosos hechos (mitificación del vino por el cristianismo, plagas…).

Existen innumerables variedades de uvas con grandes diferencias entre sí; en forma, tamaño, tonalidad de los frutos, productividad, calidad, etc. Todas ellas se han clasificado tradicionalmente según su destino final sea para vinificación o para consumo de mesa. La uva de mesa ha de tener acidez baja, ser pobre en azúcares y cumplir ciertas normas de tamaño, color y forma. La uva Moscatel quizás sea la variedad más popular, (si bien hay muchas más), debido a su delicado aroma y su delicioso sabor dulce. Los granos son grandes, redondos, muy lisos, con la piel blanca, negra o roja. Las uvas pasas más apreciadas se obtienen de las variedades sin semillas, de acidez baja y ricas en azúcares. Por su parte las variedades destinadas a elaborar el vino de mesa, han de tener acidez relativamente alta y un contenido medio de azúcares.

Esta fruta va madurando según las variedades y las zonas de cultivo desde mediados de verano hasta principios del invierno. Su recolección se lleva a cabo en cuanto es posible la etapa de maduración, (mediados de septiembre y final de noviembre). Por tanto, las uvas frescas de temporada se pueden degustar durante los meses de otoño y principios de invierno. Conocer estos aspectos al igual que en cualquier otra fruta, es importante pues será en su temporada cuando nos beneficiemos de su máximo contenido nutricional y de unas óptimas características organolépticas.

Su composición varía según se trate de uvas blancas o negras. En ambas destacan dos tipos de nutrientes: los azúcares, principalmente glucosa y fructosa, más abundantes en las uvas blancas y las vitaminas (ácido fólico y vitamina B6), ésta última en una cantidad que solo se ve superada por las frutas desecadas y las frutas tropicales. Su riqueza en azúcares, les convierte en una de las frutas más calóricas. Estos azúcares se absorben rápidamente, proporcionando energía rápida e inmediata, con muy poco gasto energético y por ello se puede decir que la uva es un excelente recuperador energético, sin embargo, por este alto contenido se recomienda un consumo moderado en caso de diabetes. En cualquier caso, destacar que las uvas cultivadas en regiones frías suelen tener menor contenido que las cultivadas en terrenos cálidos y secos. Entre los minerales, el potasio es el más abundante y se encuentra en mayor cantidad en la uva negra; mientras que el magnesio y el calcio están en cantidades moderadas y son más abundantes en la uva blanca.

 Además de los efectos beneficiosos por su composición nutricional, hay que destacar los derivados de otra serie de sustancias, cuyas propiedades son objeto de estudio en recientes investigaciones. Es el caso de los compuestos fenólicos, (abundantes en las uvas y responsables de su color y sabor), tales como antocianos, taninos y flavonoides (resveratrol, predominante en uvas negras y rojas), todos ellos con potente acción antioxidante. De ahí las propiedades atribuidas a un consumo moderado de vino tinto, pero sin olvidarnos que no hay necesidad de incorporara alcohol en la dieta, pues la fruta en sí ya las aporta.

Por último si comparamos las uvas frescas y las pasas, tanto a nivel nutritivo como energético las diferencias son notables, pues estas últimas son mucho más energéticas, (hasta cuatro veces superior). Del mismo modo el resto de nutrientes también está más concentrado, por lo que el contenido en fibra, vitaminas y minerales es mayor. Así por ejemplo, el ácido fólico interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis material genético y la formación anticuerpos del sistema inmunológico. La vitamina B6 ayuda a mantener la función normal del cerebro, actúa en la formación de glóbulos rojos e interviene en el metabolismo de las proteínas. El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

La L-Glutamina

La L-Glutamina

Es un aminoácido no esencial que en determinadas situaciones necesitamos suplementar para mantenernos en el estado más saludable posible. En el organismo abunda en el músculo y es bastante usada por los deportistas para ayudar a la recuperación muscular.

La L-Glutamina es capaz de disminuir la destrucción de las células musculares tras el ejercicio y, además, ayuda a la construcción de músculo nuevo cuando el cuerpo está desgastado por ejercicio intenso o en las situaciones de estrés o reposo prolongado tras una enfermedad o después de un traumatismo. Pero además de lo anterior también aporta otros indiscutibles beneficios en otros muchos campos de la salud.

Otras importantes zonas diana de la L-Glutamina en el organismo son el intestino y el cerebro. También posee una gran importancia para amortiguar el estrés oxidativo, para ayudar a la depuración hepática y para la mejora del sistema inmunológico.

También es un importante componente del tejido conectivo en el intestino, y posee una especial relevancia para prevenir la atrofia de la mucosa intestinal. Es la principal fuente de energía para el enterocito y ayuda a reducir la permeabilidad intestinal, lo cual lo hace especialmente útil para tratar diversas dolencias intestinales. Sabemos que las infecciones, la desnutrición, la quimioterapia y otros estresores, causan alteraciones de la permeabilidad intestinal normal, por lo que puede ser muy beneficioso administrarlo en dichos casos.

Es, además, un aminoácido con una función muy destacada en el metabolismo del cerebro. Atraviesa la barrera hemtoencefáica y se convierte en ácido glutámico, importante neurotransmisor para el cerebro. Disminuye la ansiedad frente a las adicciones, sobre todo al alcohol y a los medicamentos y, en muchos casos, reduce también la adicción al dulce.

La L-Glutamina es un precursor del Glutation, uno de los más importantes antioxidantes de nuestro organismo. Son alimentos ricos en L-Glutamina los lácteos, las espinacas, las almendras, el perejil, la soja y los pescados. No obstante, en numerosas ocasiones es necesario recurrir a la suplementación mediante productos específicos cuando queremos conseguir un determinado efecto terapéutico.

Combatir catarros y gripe a través de la alimentación

Por Dª Gracia María Casado, Nutricionista y colaboradora del C.M.I. Dr. Nougués

Entrada ya esta época del año, comienza el frío y aumenta la frecuencia e intensidad de los catarros virales y la gripe, ya que:

  • Al hacer más frío no ventilamos tanto los espacios comunes o privados, lo que favorece una mayor concentración de virus y bacterias en el ambiente.
  • Nuestro sistema inmune está más forzado para combatir las bajas temperaturas, y además está sometido a constantes cambios de temperatura (de la casa al coche, del coche a la calle, de la calle a la oficina/clase…)

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Los transgénicos

Por Dª Gracia Casado, Nutricionista, colaboradora del C.M. Dr. NouguéS

Cuando hablamos de los alimentos transgénicos o alimentos modificados genéticamente, tenemos que pensar también en gen, biotecnología… y una serie de tecnicismos que realmente, ¿podemos pensar qué llegan a la población y son entendibles?

Desde siempre el hombre ha modificado los vegetales cultivados con objeto de garantizar las cosechas, la calidad, la resistencia a plagas…., sin embargo todo estaba dentro de un ciclo natural del “cruce y selección de semillas”.

La era de los denominados “alimentos transgénicos” para el consumo humano directo, se inauguró en mayo de 1994 cuando la Food and Drug Administration de los  Estados Unidos autorizó la comercialización del primer alimento con un gen «extraño»  como fue el tomate Flavr-Savr;

Los alimentos transgénicos son el resultado de incluir en su composición algún ingrediente procedente de un organismo, (mediante técnicas genéticas), un gen de otra especie. Esto es posible gracias a la biotecnología, y el resultado es un producto final con nuevas y más características que le confieren un valor añadido sobre otro semejante, pero al que no se le ha realizado modificación alguna.

En materia de alimentación y producción de alimentos, la aparición de este tipo de productos en los últimos años, ha supuesto una de las mayores innovaciones. Si bien,  aún son muchos los factores que quedan en el aire, sobre sus beneficios/perjuicios a nivel de salud (alergias, resistencia a antibióticos…), los posibles efectos secundarios a largo plazo, su toxicidad y adecuación para el consumo humano…, existiendo tanto corrientes a favor como detractores de ellos. Generalmente se consideran seguros; sin embargo, no ha habido pruebas adecuadas para garantizar la total seguridad. Pese a no existir informes que por el momento hablen de enfermedades o lesiones debido a estos alimentos, cada alimento transgénico nuevo, tiene y debe evaluarse de manera individual.

Beneficios y riesgos que se destacan y resumen a continuación son:

Beneficios

Estas nuevas técnicas auguran posibilidades reales de optimizar la producción de alimentos. El método mencionado en el caso de los tomates —cosechados para consumo directo, sin necesidad de que maduren artificialmente en cámaras— se está aplicando al cultivo de melones, plátanos y papayas de mejor sabor, y a flores recién cortadas, cuya duración se prolonga.

Riesgos

La introducción de genes nuevos en el genoma de la planta o del animal manipulado provoca transformaciones impredecibles de su funcionamiento genético y de su metabolismo celular; el proceso puede acarrear la síntesis de proteínas extrañas para el organismo —responsables de la aparición de alergias en los consumidores…..; la producción de sustancias tóxicas que no están presentes en el alimento no manipulado, así como alteraciones de las propiedades nutritivas (proporción de azúcares, grasas, proteínas, vitaminas, etc.). Luego, ¿no hay suficientes peligros reales como para afirmar que estos alimentos no son seguros?

En el mercado, entre los alimentos transgénicos modificados, los más consumidos son el maíz, la soja y ciertas variedades de tomate.

Y a nivel de etiquetado, ¿qué ocurre? Aun no existe una legislación ni normativa que regule exhaustivamente a los mismos, pero cada vez más se está imponiendo la obligatoriedad de que todo producto indique en su envase si los contiene. Fijaos en la siguiente noticia, cuyo enlace os facilito, ¿qué opináis? http://www.gastronomiaycia.com/2011/08/25/alimentos-transgenicos-etiquetados-como-alimentos-naturales/

Con todos los avances en materia de alimentación, ¿realmente estamos contribuyendo entonces a una alimentación saludable y en equilibrio con nuestro organismo que favorezca el mejor estado de salud y prevención de enfermedades o por el contrario está ocurriendo lo contrario?

Los fitatos

Por Dª Gracia Casado, Nutricionista, colaboradora del C.M. Dr. Nougués

Se trata de un compuesto (ácido orgánico) que contiene fósforo y está  presente en los vegetales, mayoritariamente en: la cáscara de nueces y frutos secos en general, las semillas (sésamo), granos (cereales en su variedad integral), legumbres y en la fibra en general. Con el cocinado (la cocción) podemos disminuir su presencia, pero en cualquier caso es importante saber que este compuesto es capaz de “secuestrar” a otros minerales, dificultando su absorción, como es el caso del calcio, magnesio, hierro o el cinc, con los que forma agregados insolubles, incapaces de ser absorbidos a nivel intestinal.

Como resultado si en la dieta predominan este tipo de alimentos, pueden aparecer deficiencias nutricionales relacionadas con estos minerales. Pero además, influye también en la absorción de niacina (aminoácido). Sin embargo y por otro lado, esta propiedad de captar metales resulta beneficiosa frente a la prevención de ciertos tipos de patologías, por lo que se considera paralela y respectivamente, antinutriente y  compuesto activo.

Así se han estudiado sus propiedades saludables frente a la prevención de ciertos tipos de cáncer (por ejemplo de colon, de mama), su capacidad antioxidante, la prevención de cálculos renales (al evitar formación de depósitos minerales, al secuestrar a los minerales) y de aparición de cardiopatías (al reducir niveles de colesterol y grasas en la sangre y por otro lado favorecer la absorción de cobre, cuyos niveles se relacionan con riesgo de hiperlipemias) o frente a la diabetes. También se emplea como aditivo alimentario en la industria. Si bien es necesario una mayor evidencia científica que constate y afirme tales efectos.

Si nos centramos por ejemplo (de un modo fácil) en la prevención frente al cáncer de colon, el mecanismo de actuación se basa en la interacción que se establece entre el compuesto y las proteínas (enzimas) que están implicadas en el desarrollo del mismo, a las cuales reduce su actividad.

Con objeto de contrarrestar los efectos negativos a nivel de la absorción, algunas acciones que pueden ser beneficiosas son: la ingesta de vitamina C junto con el hierro, pues la aumenta; mantener un ph interno adecuado, ya que éste es determinante para la formación del complejo/agregado entre calcio y acido fítico, etc.

            Sin embargo, destacar que la dosis de fitatos presente en la dieta no suele comprometer el estado nutricional, salvo que el sujeto ingiera una gran cantidad de cereales integrales y resto de alimentos anteriormente citados, y como se mencionó la cocción ayuda a destruirlos y mejorará por ende la biodisponibilidad de estos minerales. En el marco de una dieta variada y sin excesos, compensaremos sus efectos negativos con otras fuentes de micronutrientes (vitaminas y minerales).

Las bebidas gaseosas

Las bebidas gaseosas producen un aumento de la eliminación del calcio a través de la orina debido a la cantidad de ácido fosfórico que contienen. Al aumentar la cantidad fósforo, el organismo trata de compensarlo soltando calcio. Algo parecido sucede con las bebidas ricas en cafeína, que también incrementan la eliminación de calcio por la orina.

Así que deberías saber que abusar de las bebidas gaseosas de cola puede ser perjudicial  para ciertos trastornos del hueso como la osteoporosis, sobre todo para las personas que ya la padecen o tienen tendencia a ello.